«Existen pruebas fehacientes de que una manera de fomentar efectivamente el crecimiento y abordar la pobreza y la desigualdad es a través de inversiones en capital humano. Cuando invertimos en las niñas y mujeres, por ejemplo. el impacto sobre el bienestar de los pobres extremos se multiplica. Estudios muestran que las madres educadas tienen hijos más saludables y que las mujeres con recursos financieros son más propensas a invertir en la generación venidera. Los gobiernos de América Latina y el Caribe conocen esta situación de primera mano». Lo comenta el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, articulista invitado de «Excelsior».