ARRANCA el último tramo de los seis años del gobierno encabezado por Javier Duarte de Ochoa.
Se dice, quizá con toda razón, que serán estos trescientos sesenta y cinco días, de grandes acontecimientos políticos, en los cuales, el mandatario estatal, se verá obligado a cumplir con una apretada agenda de compromisos, donde destaca, sin duda, su propia sucesión.
Se le van acabando los días de gloria, de poder, de mando constitucional y resulta necesario dejar un poco de orden en la casa. No será del todo, pero algo hará quien todavía manda en Veracruz, para no enfrentar mayores problemas de su agonizante mandato.
Cuando inició su gobierno, las finanzas del Estado, no se encontraban en buenas condiciones, producto de un anterior sexenio que aprovechó todo, dejando, solamente, la tristeza en las propias arcas estatales. Desde entonces, el futuro de Veracruz, era incierto.
Así comenzaron a trascurrir los primeros días de gobierno. El gobernador Duarte, poco a poco, se daba cuenta de la gran responsabilidad que había asumido ante el pueblo veracruzano. Difícil, desde los primeros meses de su administración, era cumplir con todas las esperanzas de la gente y se dio inicio a un periodo sexenal de pocas expectativas económicas, muy a pesar de que se declaraba constantemente que las finanzas públicas, estaban saneadas.
Al gobernador Javier Duarte de Ochoa, no le quedaría más que declarar, en determinado momento, que sin duda, le había tocado bailar con la más fea, refiriéndose, necesariamente, a los problemas económicos heredados de la pasada administración estatal, de lo cual, también sin duda, tenía pleno conocimiento de esta realidad.
Hoy, ya se ve de cerca la otra orilla del gobierno sexenal, que le ha tocado encabezar. Los problemas económicos, se han incrementado y persiste su idea de que al final de esta administración, habrá de cumplir con todos los compromisos contraídos. Eso esperan los contratistas, los proveedores, todos los que han estado pendientes de que su pago salga de las oficinas de Finanzas y Planeación, donde también se hacen maravillas con lo poco que se tiene.
Seis responsables de finanzas, han pasado a hacerse cargo de las estrategias económicas del gobierno, sin que nadie haya logrado resultados positivos, pero se ha mantenido la calma, la tranquilidad entre quienes demandan constantemente que se les cumpla con el pago de la deuda pendiente.
Sin embargo, el gobierno sigue adelante. No hubo renuncia a la responsabilidad, no se declinó ante tanta presión política de los recientes meses, donde se decía, incluso que el propio Presidente de la República, había sugerido al Gobernador Duarte, que dejara el gobierno de Veracruz, incorporándolo a un puesto de importancia en la propia federación.
No hubo, tampoco, intervención directa de las instancias federales para realizar auditorías a una administración que fue acusada de desvíos, de falta de comprobación económica y hasta de subejercicios presupuestales.
Sin duda, como también se ha dicho, al Gobernador Javier Duarte de Ochoa, todo le ha salido bien, tanto que hasta en política, lo han dejado avanzar en la lucha por incluir, dentro de las aspiraciones generales para sucederlo en el poder ejecutivo estatal, a cualquiera de sus más cercanos colaboradores.
Javier Duarte, sabe que estará viviendo, a partir de hoy, sus últimos días de poder, pero también de enormes compromisos políticos y materiales, que bien sabrá cumplirlos, porque no esperará, seguramente, a que el pueblo se lo demande.
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Y HABLANDO DEL TIEMPO que transcurre y de los pocos días que le quedan a esta administración estatal, el ejecutivo estatal, ha enviado una iniciativa de gran trascendencia política para el Estado de Veracruz, pero también con gran impacto en la vida política nacional.
Como se sabe, ayer lunes, anunció su decisión de buscar que el congreso local, apruebe la más importante reforma constitucional de su gobierno. Su propuesta de un sistema estatal anticorrupción, es una medida que pretende, entre otras cosas, eliminar el fuero constitucional del propio Gobernador del Estado, así como de las demás autoridades a fin de que no tengan posibilidad de escudarse bajo esta capa de impunidad para el caso de haber cometido delitos durante su mandato. Esta propuesta, también abarca a los Secretarios de despacho, a los alcaldes y a los síndicos, por lo que se considera una iniciativa de grandes proporciones, cuyo impacto político, no será solamente para los demás estados y la federación, sino también para fuera de nuestras fronteras, donde, seguramente que será analizada con profundidad.
Junto a esta iniciativa, también se propone la creación de una fiscalía especializada en el combate a la corrupción, de tal manera, que ya no habrá espacio para nadie, es decir, que con estas propuestas, se busca transparentar el ejercicio del poder y manejo de recursos públicos, lo que han sido en los recientes tiempos, un tema constante a debatir.
El Gobernador Javier Duarte de Ochoa, se adelanta, en mucho trecho, a un proceso que se ha venido generando a nivel nacional, pero que no se ha concretado, principalmente, por no tocar intereses políticos y económicos de un gran sector de la vida pública nacional.
Así, a un año de concluir su gobierno, Javier Duarte de Ochoa, pone el dedo sobre la llaga y emite la iniciativa gubernamental de más trascendencia política a nivel nacional.
Desde ayer, este hecho político de Veracruz, recorre las entidades federativas de la nación y pone, sin duda alguna, en seria preocupación a muchos políticos que no han dejado pasar una propuesta de esta naturaleza.
Se cree que a partir de este hecho, histórico, sin duda, en la vida legislativa del Estado de Veracruz, vendrán, como en cascada, las demás legislaciones estatales que también permitan que nadie quede protegido por la acción penal, cuando así se amerite por la conducta irregular de quien tenga en sus manos la responsabilidad de conducirse con transparencia y honestidad.
La iniciativa gubernamental del Ejecutivo Estatal, Javier Duarte de Ochoa, borra, en un instante, multitud de apreciaciones, dentro de su propio gobierno, acerca de una imperante corrupción y desvíos de los recursos económicos de los veracruzanos, demostrando que hay plena voluntad para detener la protección constitucional.
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