«Por aquellos días de «saveur francais» (sabor francés) con jinicuil, el doctor Poyet, vasallo de Napoleón III y de la emperatriz Eugenia de Montijo, anduvo por los andurriales lodosos de Xalapa, y de sus visitas extrajo observaciones interesantes de la mujer xalapeña de aquella época. A esas mujeres les gustaba verse bien vestidas, sus trajes a la moda tipo francés… Su andar era elegante y pleno de dignidad y finas en sus maneras, ellas respiraban franqueza y bondad… En mayo de 1864, el emperador Maximiliano se descolgó por estas tierras luciendo el traje de charro. Meses más tarde, su cadáver pasó por la Calle Real hacia el barrio de Techacapa, lo introdujeron a la iglesia de San José, lo velaron por una noche y al día siguiente lo trasladaron al puerto». Es de Leonardo Pasquel y lo publicó la «Revista de la Crónica Xalapeña» que dirige José Zaydén Domínguez.