El niño quiso ser pez;
metió los pies en el río,
estaba tan frío el río
que ya no quiso ser pez.

El niño quiso ser ave;
se asomó al balcón del aire,
estaba tan alto el aire
que ya no quiso ser ave.

El niño quiso ser perro;
se puso a ladrar a un gato,
le trató tan mal el gato
que ya no quiso ser perro.

El niño quiso ser hombre;
empezó a ponerse años,
le estaban tan mal los años
que ya no quiso ser hombre.

Y ya no quiso crecer,
no quería crecer el niño,
se estaba tan bien de niño
pero tuvo que crecer.

Y una tarde,
al volver a su placita de niño,
el hombre quiso ser niño
pero ya no pudo ser.

Lo envió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.