Cuando creíamos ver una “Luz al final del Túnel” en el conflicto CNTE – Gobierno Federal, al lograr la Secretaría de Gobernación sentarse a dialogar con los Dirigentes de la CNTE, resultó que nunca hubo tal luz, pues el optimismo irracional o la ingenuidad de los funcionarios de Gobernación, los hizo creer que podrían tomar acuerdos con quienes enarbolan demandas irreductibles, como es el caso de los líderes de la CNTE que insisten e insistirán en que se abrogue la Reforma Educativa. De tal forma que el diálogo Inició sobre las falsas expectativas de que platicando con ellos podrían resolver el problema, haciéndolos desistir de sus exigencias.

Veamos, todos hemos sido testigos de cómo la CNTE, tanto como el gobierno, han fijado sus posiciones, los primeros no cejan en su empeño de combatir y abrogar la Reforma y los segundos insisten en que ese tema no es negociable bajo ninguna circunstancia, entónces, ¿qué les hacía pensar a ambos que saldrían airosos y triunfadores de las negociaciones sin ceder absolutamente nada? y ¿entonces para qué chingaos se sentaron?

En estas circunstancias lo único que queda de manifiesto es la falta de capacidad negociadora del gobierno.

Al respecto, es de analizar que no se puede ir a una negociación para resolver cualquier conflicto si no existen expectativas reales de solución, vamos, sin la voluntad manifiesta de las partes de llegar a un acuerdo, ya que sin esa voluntad, a lo único que se sientan es a hacer el ridículo.

Si no existe previamente la posibilidad de que alguien ceda en sus pretensiones, es ocioso sentarse a la mesa, sin importar el altísimo nivel de los negociadores, nada menos que el segundo de a bordo en el Gobierno (Osorio) y los máximos dirigentes de los “rebeldes guerrilleros”, perdón, de la CNTE.

Se podrá argumentar que el simple hecho de sentarse juntos, representa ya un logro sustantivo de la Administración de Peña Nieto, para mí, en cambio, creo que exhibieron al Gobierno, decía, como optimistas excesivos e ingenuos.

Así las cosas, la única instancia que le queda al Gobierno para resolver el conflicto será sentar a los Dirigentes de la CNTE con el propio Presidente de la República y como la figura presidencial no tiene ya ese respeto y capacidad de tomar decisiones autónomas y unipersonales que otrora tenía, pues su poder está muy acotado, es de esperarse que ahí tampoco habría resultados.

Dentro de todo este embrollo, resulta afortunado que el gobierno cuente como aliado con un Sindicato Magisterial fuerte y sólido, como el SNTE y es una buena jugada política meterlos en el tema.

El hecho de que el SNTE sea el sindicato mayoritario, que esté legalmente constituido y legitimado por la amplia mayoría de los maestros de México, lo convierte en un interlocutor válido para resolver el conflicto y, en mi opinión, es genial que el Gobierno los haya convocado para que lo acompañen en la solución del problema.

La vocación democrática y plural de nuestro Sistema Político dicta que las voces de las minorías deben ser escuchadas y respetadas, pero a la vez nos dice que la voz de las mayorías y los acuerdos que se tomen con estas, deben imperar. Así, los acuerdos que se logren con el SNTE, deberán privilegiarse por sobre todas las cosas, a menos que estos pretendan “vender muy caro su amor”, como sería: querer recobrar sus antiguos privilegios o que se libere y se pida perdón a la Maestra Elba Esther, o que el Sindicato no represente ya a la base Magisterial, como aparentemente sucede, acercarse al SNTE debe servir para algo bueno: aislar y empequeñecer a la CNTE, ubicándolos en su real dimensión, atendiendo al tamaño de su membresía y no al tamaño de los problemas y caos que le causan al Gobierno, a la economía y a la sociedad en general.

No se ve para cuándo pueda terminar esta pesadilla llamada Conflicto Magisterial, todos deseamos, por el bien de los niños y jóvenes mexicanos, que impere la razón, la buena voluntad y vuelva la tranquilidad a nuestro país, ojala sea pronto.