«Tal vez si el entorno externo fuera estable, si no hubiera un riesgo de que gane Donald Trump, si este gobierno estuviera comenzando, quizás se podría haber dejado el gasto sin recortar. No haberlo hecho en el entorno actual hubiera significado mayores presiones financieras en los próximos meses, incluso mayores presiones cambiarias. Si adoptamos una visión de largo plazo, en realidad, sólo se está quitando el «copeteado» al gasto publico que creció fuerte en la última década». Lo comenta Enrique Quintana en «El Financiero».