«En junio, dos semanas después de las elecciones, por fin el alto clero mexicano fue recibido en Los Pinos por Enrique Peña. Hubo reclamos de parte y parte, Salieron molestos y con una consigna: -Vámonos por la libre. dijeron. Y por la libre ya llegó el nuevo nuncio Franco Coppola con la misión de guiar esta nueva confrontación, preparare la salida de Norberto Rivera, esencia de la alianza con el poder político y acabar con «los Príncipes», como aludió el Papa Francisco al arzobispo dela Ciudad de México. Estamos en tiempos de guerra Iglesia-Estado». Lo comenta José Ureña en «24 Horas».