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La Jornada

El secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano reiteró que hoy el manejo forestal que ahora se permite en el Nevado de Toluca, no significa la tala comercial, ni mucho menos la devastación de los bosques de esta área natural protegida.

Una vez más recalcó que tampoco se contempla la construcción de infraestructura como hoteles, spas o campos de golf, pues lo que se pretende es conservar y aumentar la masa forestal en la zona.

Durante un recorrido por el ejido El Capulín, ubicado en la ladera norte del Nevado de Toluca, las autoridades ambientales federales y del estado de México explicaron que a través de este mecanismo de explotación forestal controlado, dirigido a las comunidades de la zona, se pretenden regenerar miles de hectáreas de bosque de esta montaña que actualmente están dañadas, enfermas con plaga y con árboles muy longevos que requieren ser renovados.

Pacchiano dijo que la versión que se ha manejado de que se la tercera parte de la superficie del Nevado (17 mil hectáreas) es susceptible de tala, es inexacta pues con el manejo forestal lo que se hace es generar condiciones para que el bosque mejore a través de la sustitución de árboles viejos, dañados, o con plaga por elementos nuevos.

De acuerdo con el Plan de Manejo del Nevado de Toluca publicado el pasado 21 de octubre en más de 17 mil hectáreas de las 53 mil que tiene de superficie esta montaña se puede instrumentar este mecanismos de manejo forestal sustentable.

Dentro de la superficie del Nevado existen 54 ejidos o bienes comunales, que podrían obtener permisos para el manejo forestal, sin embargo a la fecha, solo son dos los que cuentan con autorización: El

Capulín de Amanalco de Becerra y Palo Alto en Coatepec.

El primero tiene permiso para manejar 650 hectáreas de bosque y el segundo 180 hectáreas.

Cada plan de manejo tiene una duración de 10 años y en este periodo lo que se pretende es aumentar la masa forestal, a través de la sustitución de elementos.

En proceso existen otras dos autorizaciones: Mil 500 hectáreas para el ejido de Santa María del Monte en Zinacantepec, y 130 hectáreas para un particular en la zona alta de La Gavia en Villa Victoria.