Algo me inquieta: ¿Cuántas personas pensarán que tengo trabajo por mis nalguitas?

Seguramente más de una lo ha expresado en estos 17 años que llevo laborando en la administración pública. Y no es que alabe las nalgas que la naturaleza me dio, a la que por cierto, le estoy muy agradecida, Sin embargo, tenemos la idea generalizada de que cuando vemos a una mujer que ocupa un puesto o cargo importante y goza de características corporales prominentes (bubis y pompas) o que es físicamente atractiva, es por ello que está donde está y no por capacidad intelectual.

¿Acaso por ser guapa carece de aptitudes para el óptimo desempeño de las funciones que el puesto requiere?

Para muchos no, pues hasta conozco la pregunta: “¿a quién se las daría?” Y hasta la respuesta: “¡pues al jefe!”

Y ¿A qué vienen estos asuntos de nalgas, cuando hay temas más importantes como la disputa de los diputados por las Comisiones Legislativas o las elecciones en Estados Unidos?

A que el magistrado presidente de la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) Juan Manuel Sánchez Macías, el que por cierto no es familiar del ex diputado y dueño del Periódico Heraldo de Xalapa, Eduardo Sánchez Macías, expresó en una mesa de diálogo denominada La Paridad y la Violencia de Género en el ejercicio de los Derechos Políticos de las Mujeres, organizada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana en el estado de Tabasco (IEPCT) lo siguiente: “Estoy de acuerdo con la paridad, pero que lleguen por capacidad intelectual y no por tener nalgas exquisitas”.

Híjole, tal comentario ocasionó revuelo y malestar entre las mujeres, al grado que todas las integrantes de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados (Yulma Rocha, Candelaria Ochoa, Laura Plascencia, Ivonne Ortega, Concepción Villa, Paola Félix, Guadalupe González, Cecilia Soto y hasta el diputado René Cervera) exigieron la renuncia inmediata de Sánchez Macías.

Pero dándole el beneficio de la duda al magistrado, ¿Y si de verdad fue un comentario desafortunado de Sánchez Macías y dijo algo que no quería decir? Totalmente descartado, pues a las nalgas todavía les puso un adjetivo calificativo: “exquisitas” ¿Cuáles serán ésas? Pues desde ese enfoque ya está discriminando a todas aquéllas que no están en su parámetro de “exquisitas”.

De inmediato, el TEPJF se deslindó de los dichos en la participación de Sánchez Macías; incluso reiteró su compromiso de proteger y fortalecer los derechos políticos de las mujeres y consolidar su dignidad.

Pero el asunto no quedó allí: la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió el comunicado de prensa número DGC/286/16 de fecha 7 de noviembre de 2016, donde reprueba el uso de expresiones misóginas de un integrante del Poder Judicial, por su carácter discriminatorio y atentar contra la dignidad de las mujeres.

Pero déjeme citarle textualmente una parte “…este Organismo Nacional, puntualiza que el lenguaje influye en la percepción de las personas acerca de la realidad y puede provocar prejuicios que se consolidan en la sociedad mediante el uso de expresiones tendentes a marginar a algunas personas o grupos, en este caso a las mujeres, que representan más de la mitad de la población de nuestro país…”

Cito otro párrafo: “…las expresiones misóginas, como las que hizo el magistrado (…) son discriminatorias debido a que se les usa para ofender o descalificar a personas y grupos, y no deben hacerse al amparo de la libertad de expresión, por incitar, promover y justificar la intolerancia y violencia de género hacia las mujeres. Representan un discurso de odio, descalificación, burla y/o desprecio respecto de quién se hacen o dirigen…”

Ojalá y después de leer los párrafos anteriores, tanto usted como yo entendamos y aprendamos que esto va más allá de un asunto de nalgas…

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