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El grupo mexicano Maná condenó el racismo en Estados Unidos en todas sus expresiones y advirtió que éste es inaceptable en un país hecho por inmigrantes.

“No pasa nada, se perdió una batalla pero no la guerra. Vamos a seguir trabajando y no nos vamos a echar ni un centímetro atrás”, advirtió Fher el líder de la agrupación durante su presentación de más de dos horas en el fórum de Inglewood, California.

Este sábado fue la tercera de cuatro noches con boletaje agotado que tiene programada aquí la más importante banda mexicana de pop rock y que esta terminando su gira de conciertos “Latino power” por ciudades de Estados Unidos.

En el concierto y sin mencionar el nombre del candidato republicano electo en los comicios del pasado martes, fue frecuente el mensaje político y en ocasiones usando fuertes palabras en su contra.

“Maná está muy orgullosa de todo lo que ha sucedido aquí y como los latinos han ido creciendo como comunidad, no nos vamos a dejar”, advirtió.

“Los latinos no creemos en la violencia creemos en honestidad, amor, cariño, en el trabajo y así han ido creciendo como comunidad y ya nadie nos va a parar”, puntualizo.

“El racismo es inaceptable y este país es de inmigrantes de todos lados del mundo así que aquí estamos los latinos somos más y una comunidad cada vez más grande”, aseguró.

“Tenemos más de 20 años viniendo aquí, vemos como latinos ganan cada vez más terreno en Estados Unidos”, subrayó en otro de sus recesos musicales.

En otro momento y para dar paso a cantar “Mi verdad” junto con Pamela una joven peruana que ganó un concurso local, Fher volvió a arremeter en defensa de la comunidad latina.

“Ahora que vivimos de tantas mentiras y más como se ha visto ahora en Estados Unidos toda esta mierda llena de mentiras siempre va a haber alguien que te reconforta el alma, te da chispa para seguir sonriendo y siempre hay alguien que es tu verdad”, remató.

Maná se presentó en el mismo lugar en donde en agosto pasado Juan Gabriel realizó su último concierto y a quien le ofrecieron un emotivo tributo al cantar casi a capela y con el coro de 17 mil 500 asistentes “Se me olvido otra vez”.

Cuando cantaron “Vivir sin aire” se presentó un momento de impacto luego de que invitaron al músico Mark Geffen, quien toca la guitarra a pesar de carecer de brazos.

“Hace un año nos mandaron un video de youtube de un joven tocando la guitarra impresionante nos pudimos conectar y ha podido estar con nosotros en algunas fechas”, comentó Fher.

La banda calificó a Los Ángeles como su segunda casa. “Hemos venido aquí por mucho tiempo y nos han tratado muy bien. Cuando cruzamos la frontera sentimos como si estuvieras en México”.

A diferencia de otros años, Maná reservó efectos de fuego y explosiones y humo, para emplear esta vez efectos de luces y multidimensionales con tres enormes pantallas en el escenario.

De igual forma y a la mitad de su concierto aparecieron de manera sorpresiva y tras un breve receso en una isla en el lado opuesto del escenario, donde cantaron algunos de sus primeros éxitos como “Te llore todo un río”, “Eres mi religión” y “No ha parado de llover”.

También hicieron en otro momento una confusa representación de un hombre que, aparentemente fastidiado, corta la energía del escenario pero es sacado por el equipo de la banda para gritería y rechifla del público.

En su presentación, en la que interpretaron sus más sonados éxitos alcanzados en su carrera, Maná logró un espectacular concierto que involucró a un equipo de producción de 80 toneladas.

Integrada por Fher Olvera, Alex González, Sergio Vallín y Juan Calleros, la banda los hizo bailar con su clásico “Me vale” y con el arreglo moderno en reggaeton a “De los pies a la cabeza”.

El repertorio recorrió clásicos como “Oye mi amor”, “Rayando el Sol”, “Corazón espinado”, “Hechicera”, “En el muelle de San Blas”, “Amor clandestino”, “Hundido en un barco”, “Clavado en un bar” y “Corazón espinado”.

Otros más fueron “Bendita tu luz”, “Mariposa traicionera”, “El reloj cucu” que fue de sus primeros éxitos y que Fher compuso cuando perdió a su padre siendo niño y que solo tenía como compañía a su reloj cucu.