HACE TIEMPO, se decía en el resto del país, que si en Veracruz, solo existían familias de apellido Yunes. Claro que no, hay de todo, como en la viña del señor, pero han coincidido, en estos tiempos, que todos los aspirantes a la gubernatura, cuando menos, los que más cerca están, son de apellido Yunes.

En fin, hacemos esta referencia, porque hace poco, el viernes pasado, el Senador Pepe Yunes, ha mandado el mensaje político de que buscará la gubernatura para el dos mil dieciocho, cuestión que no es sorpresa, porque dentro del Partido Revolucionario Institucional, había un cierto compromiso de dejar que Héctor Yunes Landa, fuera el candidato en las pasadas elecciones del cinco de junio y que en la siguiente, es decir, para el dos mil dieciocho, lo fuera Pepe Yunes. El político de Perote, así lo consintió, de tal manera, que ahora ha ratificado lo que ya todos saben y conocen en el sentido de que buscará, como esta previsto desde hace tiempo, la gubernatura del Estado.

Desde luego, que para no confundir, tanto apellidos como partidos, Pepe Yunes, lo hará, como siempre, a través del Partido Revolucionario Institucional.

Pero, como también se sabe perfectamente bien que otro de los Yunes, también Senador de la República, quiere aspirar por segunda ocasión, dejando a un lado el supuesto compromiso que se formuló de buena fe, de que esta vez apoyaría a Pepe Yunes, destacando la presunción de que el acuerdo se refería que quien fuera Gobernador, la primera vez, apoyaría al segundo. Así es que se presenta la disyuntiva de que Héctor Yunes Landa, no fue, por circunstancias que todos los veracruzanos ya conocen, Gobernador de la entidad, lo que, de acuerdo a su parecer, le da derecho de aspirar nuevamente. El asunto no tendría la mayor importancia, si no se tratara de dos priistas que buscarán, entonces, la candidatura a través de la misma organización política.

Esta pues, la divergencia entre estos dos aspirantes, reconocidos políticos en toda la extensión de la palabra, pero que ahora se reencuentran, nuevamente, en el mismo escenario político, con la misma aspiración y con el desconcierto de que se han roto los acuerdos entre ambos políticos o bien, es otra vez la estrategia de ir los dos por la fuerza política que representan y finalmente, uno tenga que ceder, otra vez, el paso al otro. Solo que en este caso, ya se estaría pensando en que Héctor Yunes, tenga que cederle el paso a Pepe.

Cuestión pues, de entendimiento político a la mera hora de decidir, porque las circunstancias han cambiado y el panorama político de Veracruz, se ha desfigurado con la llegada de la alternancia donde participan dos partidos políticos que en coalición le han ganado al PRI, arrebatándole su permanencia en palacio de gobierno, echando por tierra los más de ochenta años del poder priista en la entidad veracruzana.

Esto, sin duda, muestra otra fase de la política veracruzana, porque ya no serán los dos Yunes, del PRI, solamente, los que aspiren a rescatar la posición gubernamental, sino que tendrán que compartir la búsqueda del voto con otro Yunes, posiblemente, para el dos mil dieciocho, hijo del ahora Gobernador de la entidad, quien, sin duda, ya esta disponiendo de todas las estrategias para continuar el gobierno de su padre.

Será, seguramente, la misma coalición política, PAN-PRD la que apoye las aspiraciones de otro Yunes, como ya se ha señalado, entrando Veracruz, en otra dimensión política de su historia, pero con los mismos apellidos, es decir, serán tres los Yunes, que nuevamente se tengan que disputar el honor de dirigir los destinos de la entidad veracruzana.

Choque de trenes, quizá, pero lo importante del caso, es que volveremos a tener casi a los mismos actores políticos para la próxima sucesión gubernamental, lo que le dará, sin duda, sabor al caldo político de Veracruz, acostumbrado ya a estas movilizaciones y circunstancias políticas que l o han puesto en la mirada y punto de referencia de la política nacional.

Así es que, sin que todas las familias de Veracruz, lleven el apellido Yunes, ya tendremos candidatos con esta marca familiar, pues Pepe Yunes, es un político que ya anunció su entrada al escenario de la sucesión gubernamental, para el dos mil dieciocho. Héctor, no quita el dedo del renglón y quiere volver a competir, pero lo más sobresaliente del caso, es que, frente a ellos, también estará otro Yunes, como ya lo hemos señalado.

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SE ABREN, DEFINITIVAMENTE, las puertas de Palacio de Gobierno, como una sana medida del nuevo gobierno, con la finalidad de que todos los veracruzanos, tengan acceso a la Casa del pueblo.

Ésta, seguramente, que ha sido una instrucción gubernamental, porque una de las quejas ciudadanas, eran en este sentido, es decir, que por miedo, temor o cualquier otra cosa parecida, Palacio, permaneció cerrado para la mayoría de las personas que solían buscar a funcionarios o tratar asuntos relacionados con la administración.

La prepotencia de los guardias que se hicieron famosos en las entradas de palacio, lastimaron a mucha gente, que hoy han vuelto a ver que Palacio, esta abierto para todos y esa es una buena señal de buen entendimiento entre gobernantes y pueblo en general.

También, tienden a desaparecer los retenes policiacos que se encontraban en las entradas y salidas de las ciudades, pues en estos casos, también se violaron constantemente los derechos humanos de los veracruzanos, sin que ninguna institución, como es el mismo caso de la propia Comisión Estatal de los Derechos Humanos, interviniera.

Hoy, ya se resanan las heridas.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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