«Un exhibicionista rondaba siempre por el parque. Cuando veía a una mujer se acercaba a ella, se abría la gabardina y se mostraba ante ella. Una tarde de invierno el ruin sujeto se le presentó a una dama, diciéndole: «hoy hace mucho frío, señora, como para abrirme la gabardina, ¿Puedo simplemente darle mi descripción?».