“El clericalismo es el peor mal de la Iglesia”, afirma contundente el papa Francisco, en la entrevista que por más de una hora concedió a Antonio Cañas y Pablo Ordaz en Casa Santa Marta, el lugar donde vive dentro del Vaticano (El País, 22.01.17).

“Dentro de la jerarquía de la Iglesia, o de los agentes pastorales de la Iglesia (obispos, curas, monjas, laicos…), le tengo más miedo que a los dormidos, a los anestesiados. Aquellos que se anestesian con la mundanidad. Entonces tranzan con la mundanidad”, asegura el papa.

“Y me preocupa”, añade, que en la Iglesia “todo está quieto, está tranquilo, sí, que todas las cosas están bien… Demasiado orden”. Agrega que “cuando uno lee los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de San Pablo, ahí había lío, había problemas, la gente se movía. Había movimiento y había contacto con la gente”.

Avanza en su reflexión y plantea que “el anestesiado no tiene contacto con la gente. Está defendido de la realidad. Está anestesiado. Y hoy día hay tantas maneras de anestesiarse de la vida cotidiana, ¿no?”.

Para el papa, “quizás la enfermedad más peligrosa que puede tener un pastor proviene de la anestesia y del clericalismo. Yo acá y la gente allá” y con firmeza plantea: “¡Vos sos pastor de esa gente! Si vos no cuidas de esa gente y te dejas cuidar de esa gente, cerrá la puerta y jubílate”.

Reconoce que para muchos integrantes de la jerarquía, el anestesiarse es “una tentación seria” y que “es más fácil estar anestesiado”. Lo que anestesia “es el espíritu del mundo. Y entonces el pastor se convierte en un funcionario”.

Sigue su reflexión: “Eso es el clericalismo, que a mi juicio es el peor mal que puede tener hoy la Iglesia”; completa con: “una Iglesia que no es cercana no es Iglesia. Es una buena ONG o una buena organización piadosa de gente buena que hace beneficencia, se reúne para tomar té y hacer beneficencia”.

En su versión, lo que identifica a la Iglesia “es la cercanía: ser hermanos cercanos, porque la Iglesia somos todos. Y cercanía es tocar, tocar en el prójimo la carne de Cristo”. ¿Cuántos de los integrantes de la jerarquía piensan así?

El papa abunda en su posición cuando plantea que Jesús establece “el protocolo con el cual vamos a ser juzgados, que es el capítulo 25 de Mateo, es siempre tocar al prójimo: tuve hambre, estuve preso, estuve enfermo…”.

Y termina su reflexión-propuesta sobre la misión de la Iglesia que es: “Siempre la cercanía a la necesidad del prójimo. Que no es sólo la beneficencia. Es mucho más”. El papa está empeñado en transformar a la Iglesia y a la jerarquía. ¿La Iglesia está en proceso de cambio? ¿Qué tanto ha logrado?

Twitter: @RubenAguilar