«En la misa de cuerpo presente de Joaquín Alcántara Hernández, por el gran número de personas asistentes fue necesario colocar carpas en las afueras, Quienes buscaban darle el último adiós esperaron pacientemente en la calle. Al término de la misa y al salir el féretro de la iglesia, los allegados a Joaquín prefirieron no utilizar la camioneta, sino cargar su caja en hombros hasta el lugar donde habría de reposar». Lo escribe José Morales en «Diario de Xalapa». Alfonso Mora escribe que en el panteón, su hijo Joaquín, declamó «Vida, estamos en paz».