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Excélsior

En la cotidianidad de la vida, en el andar de ir a la escuela o el trabajo, entre todo el vaivén de rostros y días, la poesía se hace presente; es un imán que busca el diálogo, la reflexión, la imaginación y los sentimientos. Así me encontré la colección Fervores de Parentalia ediciones, en medio del deber y el querer hacer… y cuando abrí la puerta, ya no quise salir de todos los títulos que ofrece esta reciente editorial mexicana (2010), de los cuales menciono algunos.

Comencé mi viaje con Versalía de Roberto López Moreno. El poeta me recordó esos momentos musicales donde el mineral y la luna hablan, cuando las flores vibran, la herencia de Agustín Lara −nuestro “flaco de oro”− escuchándose en tierras lejanas y aquellos nombres que sucumben la memoria. Variado y altamente recomendable.

Continué con Los rumores de la guadaña de Enrique González Rojo Arthur. Fue una caída saberme tan efímera, tan frágil; concientizar ese temor que ha estado en toda la humanidad y que muestra el poema de Gilgamesh: el temor a la muerte. Es un instante filosófico.

Pasé a otra puerta poética con el nombre Tan fácil de amar de Sandro Cohen. Me encontré con una bofetada para mi coraza de mil aceros, un regreso a esa sutil y añorada fantasía de amor; los años del futuro junto al ser amado. Imposible no leerlo y disfrutarlo.

Luego me trasladé a Singladuras. Poemas desde la India de Elsa Cross. Me recibió el tiempo de los héroes y los dioses, a esas formas mitológicas del hinduismo y sus textos sagrados −el Majabhárata, los Vedas, el Ramayana−. Un banquete simbólico de aquellos tiempos eternos.

Posteriormente llegué a Qasidas de los ojos de mar de Luis Tiscareño. ¿Quién no ha navegado en ese inmenso líquido salino, inspirador de sueños y dominios del dios Poseidón? Para todos los marineros de la vida, para todos aquellos que aman a-mar.

Después, la lectura me llevó a El ojo de Horus de Frida Varinia. El hombre con cabeza de halcón me sedujo, sobrevolé con él el antiguo Egipto, sus pirámides, templos y el Nilo. Reconozco que la divinidad de su ojo me dio esperanzas de renacer. Indispensable para arqueólogos e historiadores.

Y de ese vuelo mágico, paradójicamente regresé a mi hogar, la Ciudad de México, con Ciudad bajo el relámpago de Efraín Bartolomé. Reviví con otra mirada la existencia citadina, los paseos en las calles, el sol sobre el concreto, esa enorme masa que me inventa a diario sin darme cuenta. Lectura necesaria para viajeros y capitalinos.

Di más vueltas. Mariana Bernárdez y su Don del recuento me evocó los destiempos, los temores, los silencios. El misterioso mundo del ser amado, la coexistencia que pone barreras no infranqueables, pero sí retos. Diálogo para los que hablan muy distintos idiomas en el amor.

La siguiente estación poética fue una experiencia cuasi medieval. El ciclismo y los clásicos de Fernando Fernández fue un ejercicio arqueológico del castellano medieval y el fastuoso tono caballeresco de los siglos de oro. Asombroso eclecticismo entre lo contemporáneo y lo antiguo.

Deje de pertenecer a este momento. El reloj es también un marcador de épocas. Juan Domingo Argüelles y sus Edades va más allá del acto de escribir; cada escritor es también ironía, construcción y devenir de su trabajo, ser y tiempo –como diría Martin Heidegger−, incluso después de la muerte. Para los que juegan con las hojas y las letras.

Y antes de acabar este viaje, el sueño me alcanzó y realizó acto de presencia. Coágulos del sueño de José Ángel Leyva describe la metáfora oscura del murciélago, el espejismo de estar frente a uno mismo, la locura, la magia, el cosmos y los multiuniversos de la noche que susurra. Ideal para una hermenéutica psicoanalítica.

Finalmente y poco a poco, Todo en orden de Coral Bracho me devolvió a esa realidad ineludible, los actos que hemos presenciado todos, la poesía social, la crítica hacia nuestra deshumanización por poder. Importante reflexión profunda sobre algunos acontecimientos históricos desafortunados…

De esta manera, lector, termino este breve pero intenso viaje por la colección Fervores de Parentalia ediciones; plaquettes para soñar, recordar, pensar, sentir, vivir; una rica gama de inquietudes que rodea la poesía mexicana contemporánea y que no puedes dejar pasar, abre un libro y tu vida cambiará.