En aquellos felices años de mediados de los años 80’s, en Xalapa había una buena oferta de lugares a dónde ir a “hincar el diente” a precios razonablemente baratos. Botaneros como el ‘Venegas’, en la calle de Magnolia, por el rumbo de la CFE y el Nacional Monte de Piedad, era un lugar imprescindible para muchos parroquianos, con cada ‘güera’ te servían quizá no la mejor botana pero cuando el hambre es canija, a veces hasta a los tornillos y tuercas le entra uno. La verdad es que el ‘Venegas’ no era precisamente la debilidad de uno, pero cuando el calor y el hambre aprietan, unas dos o tres frías no caen mal, en especial había dos botanas a las que podíamos calificar de insufribles, y esas eran el huevillo revuelto en salsa de chile seco, además muy picosa, y la costilla de puerco en salsa igual de chile seco. A cambio el ‘Venegas’ tenía una muy aceptable selección de platillos a la carta en donde sobresalían los tacos de camarón. No sé si el ‘Venegas’ siga abierto, pero en sus buenos días parecía que regalaban. Por ahí hay otro lugar que a la fecha sigue abierto y que cuando entra uno a él parece que entra a una cápsula del tiempo, me refiero a ‘La frontera’, en la confluencia de Corregidora, Maestros Veracruzanos y 20 de noviembre, enfrente de la gasolinera de La Piedad. ‘La frontera’ –tiene tiempo que no me aparezco por ahí- es un recinto pequeñísimo, a los más dos piezas y debe haber unas 4 mesas, de madera, con superficie de granito, de las de antes, con el logo de 2 x grabado. Según sé, esa cantina data de principios de los 50’s. Hoy la atiende el hijo del fundador, ingeniero él, por supuesto la barra está coronada por la foto de él. Este lugar tiene –o tenía- la particularidad de que no vendía alcohol, pura cheve y licores de frutas de la región (nanche, verde, naranja, café, etc.) y de botana daban frituras que ahí mismo se freían (cacahuates, chicharrines, papas, palomitas) servidas en puñito en papel de estraza. Pero en Xalapa no se pueden olvidar otros lugares de época como el ‘Papaloapan’ en Pino Suárez, con la mejor taza de chilpachole de jaiba y camarón, el ‘Tirgoviste’ de Sarabia, con muy buenos mariscos, el ‘Cuadrilatero’, quizá de lo mejor también en comida del mar, por la salida a Coatepec por la carretera vieja. Bueno y el ‘Cantábrico’ de Ávila Camacho, excelentes langostinos y muy buena paella y el bar del Hotel México, tradicional, con ese sabor a cantina como de la CDMX. Lo escribió hace ya cuatro años Marco Aurelio Gonzàlez Gama, directivo de este Portal.