«Al destituido coordinador del GPPRD, Miguel Barbosa, degradado a «gato de Emilio Gamboa» por el diputado amarillo Guadalupe Acosta Naranjo, no le gustó ni tantito el regreso al Senado de Alejandra Barrales. El ex-Presidente de la Mesa Directiva del Senado se colgó de las últimas reformas a los estatutos para declarar «ilegal» la doble tarea de Barrales: presidente del CEN y senadora. Ella dice que fueron posteriores a su licencia al senado». Lo comenta Francisco Garfias en «Excélsior».