«En 1833 en una migración de Francia a México arribaron los primeros franceses de Champitte a Jicaltepec, un pequeño pueblo cerca del Río Nautla. Venían a buscar un vida mejor. Hace unos años, Jean Chistophe, un sacerdote de Besancon Francia, contactó a nuestro padre, Juan Flores, en Xalapa, para realizar la tarea de la adopción de niños veracruzanos por padres franceses. Se trató de otra migración. Así fue que en nuestro hogar pasaron varias mujeres de aquel país que adoptaban niñas mexicanas, y a quienes mi padre les dedicó parte importante de su vida. Y ya grandes y de regreso a Francia, tiempo después esas niñas nos enviaron mensajes gratos de su estancia con nosotros, lo que nos vinculó mucho a Francia». Lo escribe Jorge Flores.