*Y el gran lazo que sostiene a la sociedad es, por una incomprensible contradicción, aquello mismo que parecería destinado a disolverla; es decir, el egoísmo. Camelot.

CON TODOS MENOS CONMIGO

Parecería tema de canción de los Timbiriches. Un garganta profunda del CEN del PRI, donde Ochoa (Enrique) reza y reza y no deja rezar, me filtró que todas las candidaturas en Veracruz se darían a gente que no tuviera nada que ver con el exgobernador en fuga, JDO. Vamos, ni siquiera el saludo. Por eso, me dijo, cayó Tavo Souza y no cayó Alejandro Montano Guzmán, porque, desde cualquier punto de vista, el alemanista no era del dream team del fugado. Y por eso lo de Orizaba, donde Rojí desplazó a Elvia Ruiz Cesáreo. Aunque algunos malosos ya filtraron una foto de Lety López, candidata del PAN en Córdoba, donde aparece en un sillón y en otro el gobernador fugado. Como dos buenos camaradas. En Xalapa ocurrió igual, los brujos de las elecciones apostaron, PRD y PAN, por una gente emanada de los radiodifusores, Ana Miriam Ferráez. Y dejaron fuera al famoso Vicho Velasco, como solían llamarle sus periodistas consentidas en su periodo de alcalde de Xalapa. Ay Vicho. Atrás quedaron los tiempos en que la lana compraba las candidaturas, como un candidato de la cuenca, que dio dinero y luego perdió la elección, para el bien de la patria. Entre los golpes bajos y altos, Felipe Calderón riñe con Humberto Moreira, de protector de narcos no lo baja, y Moreira revira que al expresidente Calderón ni en su casa lo quieren. Golpes de las campañas que vienen. Se avecinan tiempos tormentosos. Van por todo, las municipales darán una tendencia a las estatales y nacionales, que vienen.

EVITAR MUERTES

Uno piensa, al leer todas las líneas de investigación del asesinato de la periodista, Miroslava Breach, en Chihuahua, que según una última línea de investigación la asesinaron por ser amiga del gobernador panista, Javier Corral, y por denunciar a las mafias del narcotráfico en contubernio con las policías municipales y ciertos alcaldes pueblerinos. El actual gobernador siempre ha sido una gente crítica y un hombre que ha enfrentado a los carteles de la maldad. Le conocí hace algunos años, cuando presidía desde el Congreso Federal una comisión de radiodifusión y, por algún asunto de la patria, me apersoné con él en su oficina parlamentaria, me pareció una gente justa, de los hombres de bien, nada de los ‘bad hombres’ de Trump. Pienso, y eso es para mis adentros, que los dueños de medios impresos y digitales no deben exponer a sus reporteros. Dictarles la orden de que hagan las notas policiacas, pero guardar en el anonimato sus nombres. Así no habría bajas. Hacer lo que la revista Proceso hace desde hace tiempo. Fija un anuncia en su semanario: “Aviso a los lectores: los carteles del narcotráfico continúan imponiendo su ley en prácticamente todo el país. Proceso asume la política de proteger a sus reporteros y corresponsales presentando –de manera excepcional–ciertas notas y reportajes relacionados con el narcotráfico sin su firma. Del contenido de esos trabajos se hace responsable nuestra casa editorial”. Eso, pues.

LAS LLAMADAS MALOSAS

Hace unos quince días, una llamada me atosiga. Entra desde las doce de la noche y por la mañana, desde las 6 y media. Es una grabación, ni para mentarle su madre. Dice que le debo un dinero y que tome chocolate. Como no le debo ni a Slim, que era al último que le debía unos pantalones de Sears, ando limpio. Luego, no le contesto porque dan mello, sigo las instrucciones de Jaime Téllez Marié, secretario de Seguridad Pública, que aconseja no contestar a nadie que no se conozca, por aquello de no te entumas. Es más, ni a esos correos electrónicos que, de repente, anuncian la oportunidad de ganar 616 millones de euros, y como mi capacidad financiera no da para esos números de Rico Mac Pato, estoy tentado a enviárselo a la secretaria de Finanzas de Yunes, Clementina Guerrero García, para que la buen Clemen vaya a negociar con estos que ofrecen euros y las perlas de la virgen, chance y algo nos dan para librar cada mes, cuando el cash se acaba, como a Zedillo en sus tiempos de pobretón. Las llamadas mañaneras suelen quitar el sueño. Hablé con el tipo que marca y era una financiera. ¿Qué creen? No era yo, era otro sujeto que, me aseguran, debo conocer, porque les quedó a deber. Como les vale, ando en busca de la Condusef o Profeco para que los aquieten, estoy a punto de ir a ver y pedir ayuda a Carstens o a Meade (Mid), o al senador Pepe Yunes Zorrilla o al Santo Niño de Atocha, para que me los quiten de encima. No dejan dormir estos macuarros. C’est la vie, diría un francés.

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Gilberto Haaz Diez

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RETRATOS Por Gilberto Haaz Diez *“Si hubiera habido censura de prensa en Roma no tendríamos hoy ni a Horacio ni a