Hace dos años, el Mtro. Vicente Espino Jara, tuvo la gran idea de rescatar del olvido a los militares y voluntarios que cayeron en la Batalla de Cerro Gordo, hoy perteneciente al municipio de Emiliano Zapata, por espacio de 168 años la memoria de estos defensores de la patria habían permanecido el olvido desde lo nacional hasta lo local, gracias también al agente municipal de esa localidad se realizó un sencillo homenaje. Fueron militares y voluntarios que acudieron defender al suelo nacional que había sido invadido por los soldados norteamericanos; dejando mutilado el territorio patrio, con el 50 % del territorio. La guerra de invasión de los vecinos del norte empezó en el año de 1846.
Los Estados Unidos de Norteamérica desde su nacimientos siempre tuvo gran apetito del extenso suelo del México independiente, de ahí su gran apoyo a la causa insurgente, como también el pronto reconocimiento de la joven nación mexicana al firmar se acta de independencia en el año de 1821.
El Conde Aranda, a finales del siglo XVIII, y como embajador ibérico en Francia le escribe a su Majestad Carlos IV, sobre el peligro que representan los Estados Unidos de Norteamérica, para los virreinatos españoles en América. Y tenía la propuesta de convertir cada uno de los virreinatos en reinos y Madrid la sede del imperio ibérico, tomando la grandeza de la España de los Reyes Católicos de finales del siglo XV.
El saldo de invasiones extranjeras en México, es el siguientes en 1829, son los españoles que quisieron reconquistar a la Nueva España. En 1838, son los franceses con aquella famosa guerra de los pasteles. Entre 1846-1848, los gobiernos de Norteamérica y sus ejércitos invadieron todo el país, con una gran desigualdad, el ejército mexicano mal preparado y con armas del virreinato. En el 1862, los ejércitos de Napoleón III, vuelen ensangrentar al suelo mexicano. Entre los 1864-1867, con la instalación del Segundo Imperio Mexicano encabezado por Maximiliano de Habsburgo, fue acompañado por tropas francesas. En el siglo XX, la invasión militar de los Estados Unidos data del 21 de abril de 1914, en justamente en la Revolución Mexicana
En el año de 1836, el estado de Texas de independiza de México, para luego integrarse a Norteamérica; diez años más tarde, el presidente expansionista James Polk, el once de mayo de 1846, declaró formalmente la guerra a México. La invasión fue por vía terrestre: Matamoros, Saltillo, Coahuila; en marzo de 1847, se inicia la invasión por la vía marítima ocupando el puerto de Veracruz, siguiendo la ruta de Hernán Cortés.
De los dos años de guerra contra los Estados Unidos de Norteamérica, sólo se recuerda la batalla del 13 de septiembre de 1847, esa histórica romántica de los Niños Héroes, es grande la lista de todas las batallas donde los soldados mexicanos ofrendaron sus vidas en la defensa del suelo patrio. El ejército mexicano era recién fundado y un pobre armamento, para el caso de Veracruz, estamos en deuda con los miles de soldados desconocidos que cayeron en esta guerra injusta.
El xalapeño de José María Roa Bárcenas, testigo de la invasión de 1847, sobre la batalla de Cerro Gordo, escribió: Al amanecer el 18, la artillería norteamericana del Atalaya rompió el fuego sobre el Telégrafo, y al oirle, el general Pillow, jefe de la 1» brigada de voluntarios, que de su campamento había avanzado hasta cerca del punto más septentrional del camino carretero entre Cerro-Gordo y Plan del Río, retrocediendo hacia el Suroeste, se dirigió á las baterías de nuestra extremidad derecha, sobre las cuales disparaba el obús colocado desde la noche anterior en la margen izquierda del río, á las ór- 1 El historiador norteamericano Kipley, así en el texto como en el plano relativos á la batalla, da el nombre de cerro del Telégrafo al cerro de la Atalaya; de lo cual se originan no pocos errores y confusiones. Ya el lector sabe que la altura principal, llamada Cerro-Gordo, lleva también el nombre de “cerro del Telégrafo.’’ llenes ilel teniente Laidley. La fuerza de Pillow congregada para la toma de tales baterías se formó do los cuerpos de infantería Io y 2″ del Tennessee y 1″ y 2“ de Pensylvania; de un corto destacamento de caballería del Tennessee al mando del capitán Caswcl, y de la compañía del capitán Williams del cuerpo de voluntarios de Kentucky. Dividióse la fuerza en dos columnas de ataque, teniendo cada una de ellas suficiente reserva, y guiándose los coroneles Iiaskell y Wynkoop: debían atacar estos jefes respectivamente las baterías nuestras del centro y de la derecha, ó sea las dos más próximas al rio. Pillow dice en su parte, que no pudo situarse frente á nuestras posiciones antes ilc que el ataque al Telégrafo comenzara: que su intento era embestir simultáneamente las dos baterías designadas por sus oficiales de ingenieros (tenientes Tower y Mac-Clellan) como las que convenía tomar para envolver si era posible toda la línea fortificada de nuestra derecha: que antes de completar las disposiciones necesarias para el asalto, fué descubierto su movimiento por los defensores de los puntos y empezó á sufrir vivo fuego de fusilería y metralla: que en tal situación, estuvo perplejo entre retirarse del alcance de nuestros cañones á perfeccionar sus disposiciones para el asalto, ó efectuarle desde luego con la fuerza que ya tenía lista; pero que se resolvió por esto último, temeroso del efecto moral que la retirada habría producido en gente bisoña no acostumbrada al fuego: que, en consecuencia, mandó al coronel Iiaskell, jefe de la columna destinada contra la batería del centro, que la atacara vigorosamente y la tomara á la bayoneta: que dicha columna avanzó al asalto con energía y entusiasmo; pero, á causa de serios obstáculos, como espesura de arbustos y abrojos y el concentrado y terrible luego de 7 cañones y de Ja considerable fuerza de infantería que los sostuvo, se vió en la necesidad de retirarse con gran pérdida de oficiales y soldados. Esta columna se componía del 2° de infantería del Tennessee de que era coronel el mismo Haskell, de la compañía del capitán Williams del Kentucky, y de la compañía del capitán Taylor del 2o regimiento de Pensylvania. Durante la acción fué gravemente herido el general Pillow, y se encargó del mando de la brigada el coronel Campbell.
El General Antonio López de Santa Anna, en Historia militar y política. 1810-1874, escribió :El general Scott, sabiendo que dando tiempo a la reunión de fuerzas y a los adelantos de la fortificación le sería difícil o muy costoso el paso por Cerro Gordo, apresuró sus movimientos. Destinó una de sus divisiones a tomar el cerro del Telégrafo (la altura principal), y en toda una tarde no lo consiguió, dejando el terreno cubierto de sus cadáveres. Scott, alarmado por ese descalabro, atacó con todas sus fuerzas en la mañana siguiente; la posición fue defendida valerosamente cinco horas; cuatro mil milicianos inexpertos resistieron el empuje de catorce mil veteranos con brillante armamento, causándoles pérdidas considerables; y cuando no pudieron más tan bizarros milicianos, se retiraron ordenadamente, por veredas desconocidas del enemigo. El general Scott, en el parte a su gobierno referente a la ocupación de Cerro Gordo, exagera en mucho el número de sus defensores, diciendo además que los desalojó de posiciones inaccesibles a la bayoneta.

Hay mucho que investigar sobre la batalla del 18 de abril de 1847, en la población de Cerro Gordo; el ejército siguió su camino la capital del país, llegando a la ciudad de Xalapa, capital del estado, el 23 de abril. En el archivo histórico municipal de Xalapa, se resguarda una serie de documentación que nos dan evidencias de la situación que vivieron los pobladores durante la invasión norteamericana.
El testimonio familiar de un ex combatiente:https://youtu.be/mBVTJWRIKuw. El próximo martes 18 de abril a las diez de la mañana en la Plaza del Cañón, organizado por agente municipal Alejo Olmos Rodríguez.