Creo que fue Charles Baudelaire quien escribió “Cansado de todo, cansado de mí”, y tal parece que dicha expresión, cual plomo, la llevamos a diario, sobre todo por lo que se sucede en todos los rincones del mundo. A veces, sí, me canso de embutirme de acontecimientos desfavorables a eso que llaman humanidad, ingeniosa y sutilmente dosificados y envueltos de contenidos fatídicos.

“Estoy cansado de la humanidad. Somos un virus con zapatos”, anotó H. P. Lovecraft. ¡Qué mundo! En ocasiones no sé si vivo, sobrevivo o subvivo; en todo caso respiro. Oigo y leo las noticias, y parece que es la misma gata pero ahora bastante revolcada. Y “aún hay más”, dijera Raúl Velasco. ¿A quién creerle? ¿Tenemos que creerles? ¿Qué nos ocultan? ¿Quiénes se están riendo de nosotros no a nuestras espaldas, sino en nuestras narices? Ingenuidad genuina o pendejez perfecta? Algunos advierten el engaño… ¡¿Y…?!

“Dicen que”…. es ya media mentira, considera Thomas Fuller. Y Horacio se apresura: “Somos engañados por la apariencia de la verdad”. Václav Havel abunda: “La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin”.

¿Qué le queda a México? ¿Qué nos queda, sobre todo a los que menos tienen y nomás se quedan milando no como los chinitos –estos ya nos superaron- sino como jodidos hambrientos que ni pueden hablar? Todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira para que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios. Lo dijo Diego de Saavedra Fajardo.

A propósito de los últimos acontecimientos sobre los gobernantes peces ratitas –hay otros muchos más grandes, no nos engañemos-, María Amparo Cásar decía que se ha democratizado la corrupción; Rafael Cardona señaló que la corrupción es incurable e inevitable. ¿De qué hablamos cuando hablamos de corrupción?

He descubierto que las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira, dijera Henrik Johan Ibsen.

Recordé el cuento oriental “Perfume de alcantarilla”; se los comparto: “Tajar era alcantarillero y, dada su profesión, pasaba gran parte de su tiempo en medio de olores de excrementos y putrefacción. Sin embargo, se había acostumbrado y tales hedores le resultaban familiares y en absoluto desagradables. Formaban parte de su trabajo diario.

“Sin embargo, un buen día, abrieron una nueva perfumería en su barrio, y al pasar por delante del establecimiento, Tajar sintió curiosidad al oler unos aromas tan distintos a los que habitualmente percibía. Una vez dentro, asombrado ante todas las desconocidas fragancias, aspiró profundamente para captarlas mejor, pero en ese momento su cuerpo se puso rígido y Tajar perdió el conocimiento por completo, cayendo al suelo desmayado.

“Los comerciantes de la perfumería avisaron a los vecinos y muy pronto se presentó en la tienda el hermano de Tajar, provisto, para la sorpresa de todos, de una cajita con excrementos. Una vez ante Tajar abrió la caja y se la acercó a la nariz. Unos segundos después, Tajar se despertó admirado de encontrarse en el suelo y rodeado de sus compungidos vecinos y familiares”.

Yo me quedo con F. Dostoyevski cuando dice que la belleza salvará al mundo. ¿Cuál belleza?

Continuará…

Los días y los temas

Este domingo 23 de abril se conmemora el segundo aniversario luctuoso del Mtro. Guillermo H. Zúñiga Martínez; por tal motivo, se llevará a cabo una ofrenda floral en punto de las 10:00 hrs en la estatua del Mtro. Guillermo ubicada en la Av. Xalapa. Posteriormente, a las 11:00 hrs., en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe ubicada en el Dique se oficiará una misa. Invitados están.

Saludos desde aquí a su hijo Américo Zúñiga Martínez, quien ha demostrado amor por Xalapa y que tiene mucha más tabla política para ir por más en beneficio de los veracruzanos