Esa típica fresca mañana jalapeña, la cita médica era a las 7:30 de la mañana en la sala de urgencias de la Clínica del ISSSTE donde tan solo a unos minutos de haber llegado, la cola ya era de 50 adultos mayores además de otros 70 de todas edades y género que esperaban atención o pasar a ver algún familiar que había ingresado antes por su estado de gravedad. Total, poco mas de 100 personas, la mayoría de pie y dentro de aquel espacio del dolor y de la angustia como deberían llamarle a esa sala donde lo mismo había ancianos que embarazadas, niños en llanto abierto, camilleros, ambulancias o taxis con infartados o heridos que cada rato arribaban a la improvisa rampa…. ¿Quién sería el estúpido arquitecto que diseñó estos espacios… me dije o quién el burrocrata de cuello blanco que así lo decidió aunque él y su familia se atiendan en Los Ángeles o ya de perdido en el San Francisco; no lo sé, pero de seguro son aves sexenales que nunca han pisado este lugar o lo vistan pasa publicar la foto.
Los de oftalmología tendríamos que esperar al empleado que documenta el ingreso al quirófano para aplicación de un Antiangiogénico en los ojos. Confieso que en ese momento estaba nervioso, ansioso, con estrés inusual que medio logré controlar gracias a este hábito comunicativo que me dejara Lecumberri de conversar hasta con las paredes. “Ya empezaste como acostumbras, por todo protestas” me dijo mi paciente compañera a lo que repliqué, si todos lo hiciéramos no me notaria tanto, desgraciadamente predominan los agachados o los que creen que el gobierno nos hace un favor cuando la verdad ejercemos un derecho a la salud conquistado por las luchas de los trabajadores y por el que los pensionados pagamos cuotas durante 30 o 40 años de servicios. «Cálmese» me dijo una ancianita que venía desde Xico… «esta es la tercera inyección que me aplican en mis ojos y aquí estoy esperando desde las 5 de la mañana». No había de otra más que armarse de paciencia y esperar como lo hicimos por casi 4 horas los de la cola que luego me enteré que solo ocurre una vez al mes. Para mi desgracia o fortuna había dejado el celular en casa lo que me obligó a buscar salida a mi hiperactividad. Por fin llegó la hora y una paciente enfermera nos introdujo a un pasillo improvisado para quitarse la ropa, quedarnos sólo con la interior y ponerse una bata. De paso y no sin pena medio dejarse ver cuerpos marcados por el tiempo o por otras cirugías. Aquí me gustaría ver a la señora que con todo y familia escapó a Europa o ya de perdido a los diputados multimillonarios protegidos por el régimen.
Me enteré que de las instituciones públicas del Sector Salud, este tratamiento solo lo tiene el ISSSTE y en todo el país; también que son 8 millones de mexicanos los que INEGI registra con problemas de la vista como la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) principal causa de deficiencia visual y ceguera en adultos mayores de 50 años.
Mientras tanto, aquí en Urgencias de Xalapa de la recepción pasamos todos a estar sentados en duras bancas de madera; uno a uno fuimos ingresando al quirófano. Justo es reconocer que la calidez de médicos, enfermeras y ayudantes que nos atendían o ayudaban a terminar de colocarnos la vestimenta marcada por el protocolo, contrastaba con la frialdad e incomodidad de aquel lugar. «Si no fuera porque con particular por este tratamiento cobran hasta 30 mil pesos no estaría aquí” expresó el señor de junto. «A mí me querían cobrar 25 mil «…dijo otro y eso sin contar el costo de los estudios previos (tomografía y fluorangiografia) o bien los requeridos por pacientes que padecen diabetes, segunda causa de mortalidad en México. ¡ Por fin llegó mi turno….! me ayudaron a subir a la plancha con el rostro cubierto, “cálmese don Romeo” me dijo una voz que reconocí, era mi oftalmólogo el Dr. Carlos García acompañado por otros médicos y enfermeras que se movían de un lado para otro mientras se escuchaba, para mi nostalgia de los sesentas, para consuelo o alimentar la utopía a la que no renuncio, Imagine de los Beatles. …»esto es rápido y le aplicaremos anestesia local en sus ojos”. No sé qué me pasa pero nunca me hace efecto a la primera y fue necesario repetirla. Por fin me inyectaron y al instante respiré profundo; unos cuantos minutos me tensaron más que las horas de espera. Luego, casi con ternura, tomado de cada brazo por una enfermera me bajaron de la plancha y me acompañaron a la salida de la primera sala donde me despedí no sin antes agradecer atenciones que desde luego me calmaron dejando latente mi preocupación por resultados que ignoro cuáles serán hasta que la aplicación sea por tres veces. Me van a acabar de desgraciar pensé pero si pierdo la vista no dejaré de escribir pues gracias a un angelito esta semana me llegará la licencia de Dragón para PC al que podré dictarle lo que se me pegue la gana, la libertad de expresión es vida, es de todos no solo de los periodistas, no renunciaré a ella ni a otra de mis convicciones: con el gobierno que sea los servicios públicos que presta el Estado pueden y deben ser de calidad y para eso no solo hacen falta más recursos presupuestales sino también una nueva cultura de los servidores públicos y, desde luego, de derechohabientes con cultura de la salud que conozcan y ejerzan sus derechos y entre estos el de derecho de ser vigilantes de la función pública y de hacer público lo público, afortunadamente hoy la tecnología lo permite aunque las elites digan pestes de las redes sociales. Cuando los ciudadanos logren conquistar para la recreación no solo hermosas avenidas ( Murillo Vidal) sino también otros espacios públicos de convivencia y comunicación como la radio y la televisión, estaremos ante una sociedad civil con cultura democrática, tan precaria aún, no obstante así reconocerlo la Estrategia de Cultura Cívica del Instituto Nacional Electoral (INE) muy bonita pero que se queda en puro rollo, le escribí así un mensaje a mi maestro Mauricio Merino, coautor de la misma.