El recién confirmado en segunda vuelta como presidente de Francia, un chaval de apenas 39 años llamado Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron Nogués (Amiens, Alta Francia, 21 de diciembre de 1977), que jugó como candidato independiente por la presidencia de su país, resultó elegido en medio de una turbulencia y volatilidad electoral que puso a Francia a las puertas de la catástrofe ante el nacionalismo ultraderechista y reaccionario entintados de un populismo nefando, que hubieran acabado con la unidad europea y con el euro, y con toda la serie de instituciones europeas que han puesto al viejo continente en lo más alto, sobre todo después del brexit de Inglaterra el año pasado. Sin temor a equivocarme y como un pro europeísta que soy, era Macron, o el abismo si los galos hubieran elegido a Marine Le Pen, afortunadamente se impuso la prudencia y todo quedó en un susto, hay Unión Europea para rato. Pero al margen de todo esto y sin querer entrar en los terrenos de los tabloides de los chismes de alcoba, una de las cosas que más me llama la atención de Macron, además de su edad, es el matrimonio notable que lleva con Brigitte Trogneux, su maestra de la secundaria, es decir de cuando él tenía alrededor de 14 o 15 años y ella tenía entre 39 y 40 años, es decir, la señora de Macron le lleva a su esposo la friolera de 25 años, y cuando digo 25 años no quisiera que se me tomara por escandaloso. Es un matrimonio improbable Macron, de 39 años, ella ahora tiene 64 años, pero son cosas que seguramente suceden. Cuando él tenía 17 años, dijo que iba a casarse con ella. Cuentan las crónicas que el padre del ahora presidente le dijo a Trogneux que diera marcha atrás hasta que su hijo tuviera al menos 18 años, ella estaba por divorciarse con tres hijos que podrían ser como hermanos de su esposo. Cosas de los franceses, sin duda. Ver para creer. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.