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EFE

Los sobrevivientes brasileños del accidente aéreo del Chapecoense visitaron hoy el lugar del siniestro que dejó 71 muertos, para concluir un capítulo doloroso con su presencia en ese cerro del municipio colombiano de La Unión (noroeste) donde “volvieron a nacer”.

Los futbolistas Alan Ruschel, Helio Neto, Jackson Follmann y el periodista Rafael Henzel recorrieron en compañía de sus familiares el ahora denominado “Cerro Chapecoense” en una especie de ritual que les permitió comprobar lo complicadas que fueron las labores de rescate tras la caída del avión el 28 de noviembre de 2016, en una noche lluviosa.

“Lo que pasó fue un milagro. Yo necesitaba volver para ver todo lo que sucedió”, expresó Follmann que necesitó la ayuda de algunos de esos rescatistas que en ese entonces buscaron por horas entre los restos de la aeronave señales de vida.

Los cuatro supervivientes tuvieron un momento de intimidad en la zona en la que cayó la cola del avión para orar y reconocer entre lo agreste del terreno que allí, en esa población ubicada a casi 40 kilómetros de Medellín, recibieron una segunda oportunidad.

“No sé cómo hicieron los rescatistas para llegar hasta aquí. Estoy impresionado. Hoy este ciclo que se cierra para mí”, apuntó Henzel.

En su memoria quedó dibujado cada milímetro de esa montaña donde perdieron a colegas, amigos y hermanos. Además, los teléfonos celulares sirvieron para registrar lo verde del paisaje, cruces en madera y pequeños altares que han ido formando los lugareños en homenaje a las personas que perdieron la vida en el accidente aéreo. Antes de ese momento espiritual y de mucha nostalgia, en el que participaron familiares de víctimas, en los hospitales donde fueron atendidos tras ser rescatados se vivió el reencuentro del personal médico con los tres jugadores del ‘Chape’ y el periodista.

“Es un momento especial. Con un abrazo lo dijimos todo”, comentó Ruschel en su paso por el Hospital San Vicente Fundación, donde agradeció especialmente al director médico, Ferney Rodríguez.

Ese episodio de gratitud fue contrastado con el eufórico recibimiento que les dio la población, que entre aplausos, cánticos, ofrendas y fotografías los hicieron sentir que la hermandad se extenderá por siempre.

“Gracias por todos los que rezaron por nosotros. De corazón estamos felices de estar acá”, dijo Follmann tras subirse a la tarima en el parque principal del municipio, donde centenares de personas corearon su nombre.

Henzel, por su parte, dijo estar “impresionado” porque la gran cantidad de colombianos que asistieron a un homenaje que ni la fuerte lluvia y un retraso de casi cuatro horas pudo opacar.

“Soy colombiano, nací en La Unión”, soltó el periodista, quien se alista para relatar la noche de este miércoles el partido de vuelta de la Recopa Sudamericana entre Atlético Nacional y Chapecoense.

Con una oración realizada por el sacerdote de este pequeño poblado empezó el acto que incluyó la entrega de ramos de flores, ruanas con los escudos de los dos clubes hermanos y una especie de recordatorio hecho con troncos de árboles del cerro que tienen incrustadas pequeñas partes del avión accidentado.

En este parque, donde fueron instaladas las fotografías de las 77 personas que viajaron en el avión, Jorge Ruiz, un delegado de la Alcaldía de La Unión, indicó que “este momento emotivo” sirvió para que este poblado no solo sea recordados por el accidente, sino para “crear lazos de amistad” y un vínculo entre Brasil, Bolivia, Colombia, Venezuela y Paraguay.

“Ustedes son hijos de nuestro pueblo porque aquí volvieron a nacer”, le dijo Ruiz a los sobrevivientes.

La entrega de objetos recuperados de la aeronave, que transportó hace casi seis meses a un equipo que soñaba con ganar la Copa Sudamericana, se realizó en privado.

Guayos, relojes, camisetas, documentos y billeteras hacen parte de esos recuerdos que lugareños ayudaron a juntar para aliviar en algo a la familias de los fallecidos.

Tras vivir horas inolvidables e instantes que les permitirán continuar sin ataduras con la etapa de reconstrucción, los sobrevivientes se despidieron y subrayaron que estarán “eternamente agradecidos” con Colombia.

“Tengan fe en Dios, crean en Jesucristo. La vida es mucho más que lo que vemos”, fue el mensaje que Neto dejó antes de partir rumbo a Medellín, donde esta vez sí habrá una final.