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EFE

La realidad virtual (vr) es “poderosísima” e “irreversible” en el panorama audiovisual, pero no terminará con el cine, estimó aquí en entrevista con Notimex el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, quien estrenó en el festival de Cannes su primer trabajo en esta técnica.

“Esas historias de que algo va a terminar con el cine es una historia que nació desde la televisión. No, yo creo que no”, declaró a esta agencia el oscarizado director que durante la 70 edición del festival de Cannes presenta “Carne y arena”, una “experiencia” sobre la tragedia de la migración en realidad virtual.

La “pieza”, que causó asombro entre los primeros espectadores que la han visto, permite al participante “bucear” en la tragedia de un grupo de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos que son sorprendidos por la patrulla fronteriza.

“Esto para mi ha sido un regalo, uno de los proyectos que más he gozado, que más me han sorprendido y de los que más he aprendido. Fue alucinante, una lección enorme para mi (…) pero no creo que esto sea el futuro del cine”, reiteró el cineasta.

“La gran equivocación de esto es que la realidad virtual se ha interpretado como una extensión del cine y no es una extensión del cine, es todo lo que el cine no es, aunque los dos son audiovisuales esto es totalmente distinto”, afirmó Iñárritu quien confesó ser incapaz de definir a la realidad virtual.

Según el director de “Birdman” el cine y el “vr” tienen otra “gramática” distinta, porque la realidad virtual no tiene cuadro, ni es secuencial y permite al espectador seguir un camino personal.

“El cine es ese agujerito al que nos asomamos y vemos la realidad a través de ese agujerito y el 80 por ciento que no te enseño yo en ese agujerito tú lo creas en tu mente, lo interpretas. Aquí te estoy dando el 360, no la longitud de una escena, no hay edición, entonces todas mis herramientas se rompen”, explicó.

“Ahora te estoy dando el volante del coche cuando yo antes lo manejaba, qué miedo”, añadió el realizador quien consideró que la realidad virtual “puede ser una herramienta hermosa porque eso permite a gente que no tendría contacto con esta realidad, como la de los migrantes, empatizar con ella”.

“Esto no tiene nada que ver. El lenguaje del cine no llega aquí y no es un arma de promoción, no es nada más para jugar y matar gente, este modo de expresión es poderosísimo, incluye todos los artes y tenemos que llegar a elevarlo para llegar a momentos poéticos en un espacio narrativo”, subrayó González Iñárritu.

En todo caso “yo creo que esa es la posibilidad, que va a ir, a dónde va a llegar, no sé, pero no hay vuelta atrás, es irreversible, y creo que es provocador y como creador y artista no sé qué es esto, cuál es su labor, pero sé que es algo que no se ha experimentado y sé que engaña por todos lados, es una caricia de una realidad”, reflexionó.

“Es la experiencia más real de una irrealidad, es extraño, no sé como definirlo la verdad”, insistió sobre la técnica que se aprecia a través de lentes de realidad virtual.

DIFICULTADES

Sobre las dificultades que la realidad virtual presenta, Iñárritu estimó que “el problema que tiene es que es individual, la cantidad de gente que lo puede ver es pequeña, no es masivo”.

“Su gran virtud es esa sensación de individualidad, pero también es su desventaja a nivel cuantitativo”, indicó respecto a “Carne y arena”, que en Cannes puede ver un único espectador cada media hora y que será vista en 11 días por alrededor de 700 personas, según las estimaciones más optimistas.

González Iñárritu, quien ha ganado varios premios Oscar y la Semana de la Crítica del festival de Cannes, entre otros múltiples galardones, afirmó que la técnica le obligó a reaprender su oficio de director.

“Tuve que reaprender las técnicas a través del sonido y la iluminación para llevarte adonde yo más o menos quiero, para llevarte aunque tu puedes totalmente hacer lo que sea”, dijo.

“La parte de esto es liberador porque es jugar como con todos lo plumones, lápices, cosas que nunca has hecho, son herramientas nuevas”, agregó.

Destacó también sobre su primera experiencia en este rubro que descubrió que cada persona realiza el viaje virtual que se le plantea de una manera distinta.

“Nadie hace igual el viaje. Habla mucho de quien eres, de donde te posicionas. En ‘Carne y arena’ hay algunos que agarran a un niño, otros que salen corriendo, otros que se ponen detrás del policía, hay quienes salen llorando y otros que tienen ataques de ansiedad”, comentó.

“Tu propia identidad va cambiando, pero dependiendo de quién eres tú”, concluyó el cineasta sobre la experiencia inmersiva de los espectadores de su primera película en realidad virtual.