Con la autorización del doctor Álvaro Márquez-Fernández, profesor emérito de la Universidad del Zulia, Venezuela, publico este análisis. Es un aborde inteligente y agudo.

“Lo sustantivo (…) en esta crisis de hegemonías es la pérdida de horizonte del gobierno para entender los contextos internacionales de la globalización y estrategias contraofensivas (…) que impiden aclarar y discutir públicamente los proyectos. Es decir, hubo una excesiva ideologización estatista por parte del gobierno en contra de la sociedad civil”.

“Y eso generó un perverso clientelismo, sobre todo, en las Fuerzas Armadas (…) y los círculos internos del gobierno, que terminaron saqueando a través de la corrupción el tesoro nacional. No son un secreto las inmensas fortunas y propiedad de la cúpula del chavismo y ahora del madurismo (…) que implicó un desmantelamiento sistemático del sector productivo a través de las privatizaciones, sin que el Estado pudiera asumir los roles de productor nacional. Políticas perversas de subsidios y de importaciones para alimentar al país, a un petrodólar que se esfumó en el aire. La economía rentista hizo sus estragos. La bonanza petrolera encandiló las ansias de poder de muchos grupos, venidos también de la oligarquía que tanto criticaban que se enriquecieron más. Chávez perdió su capacidad de respuesta porque se encapsuló en Miraflores bajo la égida de Fidel y veía la realidad social como si fuera una realidad virtual (…). Maduro ni siquiera es capaz de verla y menos de entenderla. Sus más allegados se fueron desmarcando del poder y se exiliaron, peor suerte pasaron, los que formularon sus críticas. El gobierno se ha devaluado y es una fractura que aprovecha la oposición (…) para enfrentarlos a sus errores y sacarle partido, también eso es verdad”.

“Las condiciones de indigencia social son gravísimas, sin alimentos y sin medicina. No se puede sostener el proyecto chavista, que fracasa como alternativa política y económica. Es un insulto ver cómo ostentan bienes y propiedades, privilegios y derechos VIP, que los venezolanos en general han perdido. Y qué no decir del estado en que se encuentran las universidades públicas (…) donde la fuga de profesionales altamente calificados se genera porque nadie puede sostener a una familia con un ingreso salarial por debajo de 100 dólares.

Por otra parte, el gobierno se ha hecho, en efecto, autoritario y, lamentablemente, ése es el peor riesgo. Efectivamente, la oposición es inevitable en el juego democrático, aunque todos sabemos los encubrimientos de los que se vale para relegitimarse. Pero repetir sus errores, es más perverso. Declarar al otro como enemigo a muerte, es muy temerario y contraproducente. Hay que entrar en el diálogo y rebatir a fondo con políticas públicas los medios y espacios de control, pero sin perder los flujos del consenso de que se puede dar otro modo de ser en la política”.

“(…) el madurismo tiene serios problemas internos de adhesión popular y partidista. Errores como diferir las elecciones de alcaldes y gobernadores, el mismo referéndum y otros poderes institucionales conculcados por el gobierno, como la Corte Suprema de Justicia, el fallo de invalidación de la Asamblea Constituyente, elegida democráticamente, unos tremendos conflictos de competencia por desear desconocer las normas constitucionales que ellos mismos han sancionado. Han dado tanto al cántaro que esta desobediencia ciudadana estaba a la vuelta de la esquina. Finalmente, el gobierno no quiere elecciones anticipadas porque es vox populi que las va a perder y no reconoce la fricción y el desgaste político que ha sufrido en sus propias bases. Mientras seguimos los acontecimientos en pleno desarrollo con la esperanza de que reine la cordura (…)”.

Twitter: @RubenAguilar