«No amanecí con mucho apetito; muy de mañana me tomé mi licuado de maicena, manzana y miel, y llegando a casa de Duly Hernández ya me esperaba con fruta fresca, atolito de moras, gorditas rellenas de chicharrón y un omelette de huevo con verduras. Les reitero, no mucho, porque hoy no es mucho mi apetito». Lo escribe el gran cronista de sociales, («modestia aparte soy el más chingón en ese ramo» nos ha dicho) Fito Soler.