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Excélsior

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto acudió hasta la Catedral de San Pedro y San Pablo, ubicada en el municipio de Huixquilucan, Estado de México, donde son velados los restos del arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de México, Antonio Chedraoui Tannous, quien falleció este miércoles a la edad de 85 años a consecuencia de cáncer de pulmón.

Durante el segundo día de exequias del clérigo, arribó el primer mandatario minutos antes de las 16:00 horas de este jueves, a bordo de un helicóptero, acompañado por los titulares de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán y el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque Villanueva.

Tras montar una guardia de honor ante el féretro descubierto donde se encuentra el cuerpo del arzobispo Chedraoui, el presidente Peña Nieto se retiró breves minutos después, sin conceder entrevista alguna y visiblemente consternado por el deceso.

El carismático líder religioso quien radicó en México desde el año de 1966, país al que con frecuencia refería querer mucho, obtuvo la nacionalidad mexicana en el año de 1994, mantenía relación cercana con el cardenal de la Iglesia Católica, Norberto Rivera Carrera, quien por cierto recién ha cumplido los 75 años de edad, por lo que, conforme lo establece el derecho canónico, ha presentado ya su renuncia al Papa Francisco.

Nacido en Trípoli, Líbano en el año de 1932, el arzobispo Chedraoui acostumbraba recibir en sus aniversarios personales y como religioso, a gran cantidad de empresarios, miembros del cuerpo diplomático y políticos de primer nivel, independientemente de la relación constante que mantenía con gran cantidad de ellos.

A esta Catedral de San Pedro y San Pablo, que en este segundo día de su funeral abrió sus puertas a partir de las 14.00 horas y las mantendrá abiertas hasta las 23:00, acudieron a rendir homenaje póstumo al religioso, miembros de la comunidad libanesa, así como importantes personalidades del ámbito político y empresarial.

Uno de los primeros en arribar a este recinto, antes incluso de su apertura, fue el subsecretario Roque Villanueva, quien refirió visitaba con frecuencia al arzobispo Chedraoui, hasta antes de la fase crítica de su enfermedad.

Todo este tiempo pude constatar la voluntad, el criterio y la salud mental de un hombre que siempre pensó en positivo y que encontró en sus semejantes el interlocutor que deseaba encontrar, hombres de buena fe que construyeran en común la patria”, recordó.

El político coahuilense y exdirigente nacional del PRI dijo que el arzobispo de la Iglesia Católica Ortodoxa en México deja como legado un gran ejemplo de lo que debe ser un espíritu de conciliación ecuménico hacia todas las religiones y de conciliación también entre todas las fuerzas políticas, en un marco de respeto y de convivencia pacífica.

El viernes será sepultado tras una ceremonia que se realizará pasado el mediodía.