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e-consulta Veracruz

Gesto de coraje y solidaridad, sin duda; paradoja del abrumador empuje del turismo internacional, que tiene a esta ciudad entre sus favoritas, quizá. Acaso resultado del embrujo y controversia que dominan a la zona. Pero la vida en La Rambla renació plenamente apenas tres días después de ser el escenario del atropellamiento terrorista masivo que causó la muerte a por lo menos 13 personas y heridas a un centenar más.

El resurgimiento de La Rambla se suma ya al amplio enigma que representa esta que es la vía turística más emblemática de la ciudad. Escenario de lo más estrambótico, de los mayores excesos, pero también de lo más entrañable, ahora más que nunca. Un trayecto de apenas 1,200 metros. Si la Plaza Cataluña es el corazón de Barcelona, La Rambla es su arteria más profunda.

Hay registro de esta vía desde el siglo XV; en ella convergieron alguna vez arroyos que formaban un cauce común que se vertía al mar en Puerto Viejo, la zona que desde 1992, con motivo de los Juegos Olímpicos de los que esta ciudad fue anfitriona, vio desparecer barracas y bodegas para que surgiera La Barceloneta, colocada ya como uno de las playas más hermosas del mundo.