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La Jornada

En una sociedad global donde permea la intolerancia, la violencia y la incomprensión, las universidades deben ser fuente del saber, de la difusión del conocimiento y defensoras de la verdad y de la libertad, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.

Al presidir la ceremonia solemne de entrega de doctorados honoris causa a 11 destacadas personalidades nacionales y extranjeras, dijo que este acto académico rebasa los muros de una universidad y representa un aliento de esperanza que debe celebrarse.

En ese acto, realizado en el Palacio de Minería, el rector Graue reconoció las cualidades excepcionales de los galardonados, que con frecuencia son distinguidos con reconocimientos en sus respectivas disciplinas.

Pero recibir el doctorado honoris causa –agregó- es distinto al de sus propios méritos académicos, pues se les reconoce también su búsqueda incesante de la verdad, la defensa de la libertad y la independencia de su pensamiento, que son los valores que deben prevalecer en cualquier sociedad.

Las universidades, como fuente de generación y transmisión del saber, como preservadoras de la libertad, como difusoras de la cultura, reconocen en ceremonias como ésta, los valores más importantes sobre los que debe erigirse cualquier sociedad, y es también por eso que esta ceremonia rebasa los muros de la universidad, dijo.

Para la entrega de estos reconocimientos se transmitieron, a través de dos pantallas gigantes, videos con la semblanza de cada uno de ellos; cuatro mujeres, y dos extranjeros, de nacionalidad cubana y española.

Así, fueron entregadas las insignias y distinciones propias del doctorado honoris causa a: María Francisca Atlántida Coll Oliva, investigadora del Instituto de Geografía y una de las figuras más eminentes de la geografía mexicana contemporánea; Víctor García de la Concha, filósofo español y director de la Real Academia Española entre 1998 y 2010; Luis Esteva Maraboto, experto en ingeniería sísmica; Jaime Labastida Ochoa, filósofo, poeta, ensayista y escritor mexicano, y Enrique González Pedrero, académico, científico social y estudioso de la política.

También lo recibieron Leonardo Padura Fuentes, novelista, escritor y periodista cubano; Eduardo Matos Moctezuma, promi- nente arqueólogo mexicano que de 1978 a 1982 fue el encarga- do de realizar las excavaciones en el Templo Mayor; Silvia Torres Castilleja, destacada astrónoma; Ranulfo Romo Trujillo, investigador del Instituto de Fisiología Celular y cuyo trabajo se enfoca en el estudio de los mecanismos cerebrales que determinan la percepción sensorial; María de la Garza y Camino, del Instituto de Investigaciones Filológicas, cuya obra gira en torno al pensamiento, la historia y las literatura maya y nahua, y Josefina Zoraida Vázquez y Vera, historiadora, escritora, investigadora y académica mexicana, especializada en la historia de la educación y diplomática de México.

Graue recordó que hace 107 años, durante la refundación de la Universidad Nacional, se entregaron los primeros honoris causa, y desde entonces hasta la fecha suman ya 200 personalidades quienes han recibido esta distinción.

Todos son ellos son mujeres y hombres a los que la univer- sidad les ha reconocido que con sus quehaceres han honrado las aspiraciones de nuestra casa de estudio y de nuestra nación, señaló.