Notiver es un diario original como ningún otro.
Pero lo es más en el sentido de que rescata y define el alma de Veracruz, y la manifiesta todos los días en sus páginas de la manera más genuina; la rescata y define, como pidiera el poeta Jorge Mistral, “en su lengua y en su gesta”.
Y es que Notiver, con ese estilo tan propio, tan del terruño, canta día a día en sus páginas a la raza, la raza jarocha, la raza de bronce, que el sol quemó…
Y si me permite Lara, seguiría diciendo que Notiver canta a los que sufren, a los que lloran, a los que esperan.
Pero cuidado, hagamos a un lado la amargura poética de Agustín el grande y recordemos que nuestro periódico goza además de un gran humor, como tiene que ser. Y digo “nuestro periódico” porque así lo sentimos quienes lo leemos cotidianamente, del mismo modo que lo sienten suyo sus lectores más fieles: los locatarios de los mercados, los parroquianos de los portales, los cafeteros de La Parroquia, los boleros, los vendedores de fayuca, los músicos callejeros, las señoras apoltronadas en sus mecedoras, los taxistas que conducen decentemente (y los que no), los cadetes y los marinos, los pescadores…
Notiver es, óigalo bien, un periódico del pueblo, popular, populachero, no populista.
Y es tan local, que terminó por convertirse en un referente dentro del periodismo de todo el país. Es tan local, que se volvió universal, como lo es el alma de los pueblos.
Hoy que Notiver cumple 43 años, sus lectores estamos de manteles largos, y estoy seguro que todos nos congratulamos con don Alfonso Salces por su trabajo magnífico por el bien de Veracruz. Porque informar como lo hace Notiver, como lo hace don Alfonso, es un bien común que todos aquilatamos.
Don Alfonso… verlo ahí todos los días al pie del cañón… antes con su Remington desgastada seguramente y ahora con los más formidables resquicios de la tecnología, atrás de su Mac, con la poderosa herramienta del In Design haciendo realidad su arte, bordando las páginas que se llenan de ocurrencias geniales, cabeceando las notas como los grandes, como los únicos, como sólo él sabe.
Y junto a él sus perros queridos, el archivo permanente que significan todos esos papeles regados por la oficina, por los escritorios, por las mesas. El café siempre infaltable y siempre el mejor del mundo.
Periodistas del tamaño de Alfonso Salces quedan pocos en el mundo. Lo firmo y lo reafirmo en donde quieran. La abulia informativa, los intereses bastardos, la falta de compromiso y preparación han llenado el oficio de profesionistas sin conocimiento, de reporteros sin vocación, de periódicos sin alma.
Por eso Notiver y don Alfonso representan un baluarte de la buena prensa. Por eso han pervivido frente a la caída de otros grandes.
Hoy nuestro periódico cumple 43 años, y le deparo muchos más saliendo en su edición exclusiva para Veracruz (urbis et orbi). Lo digo porque veo a don Alfonso más periodista que nunca, más valiente, más enérgico, más saludable… y sobre todo más pujante, más jovial, más ingenioso.
Ha llegado Notiver a 43 años y se enfila a las bodas de oro lleno de fortaleza.
Nos vemos en los 50, don Alfonso.
¡Felicidades!
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