*Ser discutido, es ser percibido. Camelot.

ESE DOMINGO DE LA NFL

Uno puede embelesarse en los deportes. Ver caminar, como cabalgaba Don Quijote: “A él (Sancho) le vino en voluntad y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él”, al gran Barcelona y ver derrumbarse a ese trasatlántico llamado Real Madrid, que esta temporada le pasó lo que al Titánic, se hundió. La liga está definida. Barcelona liderará para orgullo de los independentistas y del Pokemon, que salió por piernas asilado. La liga española tiene tres niveles, el de los primeros cuatro lugares, donde están Barcelona y Real Madrid y quizá Sevilla o Atlético; los de en medio, que quieren subir un peldaño, y los de abajo, que aspiran a no irse. Esto de los peldaños me recuerda a un comentario que hizo el Papa Francesco, cuando llegó de Argentina a tomar el asiento de San Pedro, alguien le preguntó si se le subiría el papado. Dijo una conseja que le había dado su padre: “Cuando llegues arriba saluda a todos, porque cuando estés bajando serán los mismos con los que te vas a encontrar”. De ahí nació su popularidad de Papa bueno. Aunque él nunca bajará peldaños, el único seguro es su muerte, y de ahí se va con el Patrón.

EL FRIO Y LA TELEVISION

Los domingos suelen ser de televisión. Hacia un frio del demonio y en las faldas del Pico de Orizaba cayó algo que llaman ‘Cencellada’, me tuve que ir a Wikipedia: “La cencellada dura es un hidrometeoro consistente en la formación de un hielo duro y opaco o parcialmente transparente, sobre una superficie sólida, causada por la congelación de gotículas subfundidas de una niebla”, eso. Ver después de los juegos, Roku o Netflix. Hay tantas cintas ahora que se necesitaría mil vidas para poder ver siquiera la mitad (oh, si tuviera cuatro vidas, cuatro vidas serían para ti). Pues bien, este domingo la NFL se cubrió de gloria. Un partido que comenzó medio ganado por los Vikingos, se les complicó y cuando faltaba un minuto, que también tiene sesenta segundos, diría Fernando Marcos, iban perdiendo el juego y una bola tirada al infinito, la atrapó su corredor y anotó el toch down ganador, el estadio enloqueció. Y todos nosotros aplaudimos ese juego, que mucha gente no le entiende ni le gusta, pero cuando le entiendan no lo dejarán. Los Vikingos se encomendaron a su Dios Odin, otros Vikingos, pero de Islandia, ejecutan un cántico que se ha vuelto famoso. Un país de 330 mil personas guarda silencio al tiempo que, individualmente, elevan las manos al cielo. Esperan. En la pantalla el equipo de futbol que los representa calificó al Mundial de Rusia; los jugadores también guardan silencio con las manos arriba y esperan. Dos tamborazos rompen el silencio y al instante la multitud totalmente sincronizada junta con fuerza sus palmas, mientras gritan un «¡Uh!» desde el fondo de sus entrañas. Vuelven a guardar silencio y la rutina se repite con más velocidad entre grito y grito, hasta terminar en aplausos constantes y gritos de júbilo. Así lo repitieron el domingo en Minnesota.

EL IRRITADO PRESIDENTE

No es que Peña Nieto esté irritado. Goza de cabal salud y cuando puede le revira al gobernador Javier Corral, que le pide y le canta la Rama y el buen secretario de Hacienda, el paisano José Antonio González Anaya, le manda solo saludos. Hace no mucho, al enojón, Míster Trump, le dieron una información confiable, de la CIA, de que la Embajada de Estados Unidos en la Habana estaba sometida a un esquema donde los funcionarios estaban siendo afectados en sus oídos, algunos perdieron la señal auditiva. Trump mandó retirar a todos ellos y se enojó, pues eso la verdad no se hace. No han discurrido qué demonios pasó, pero mientras son peras o manzanas los llevó a los afamados hospitales gringos a curarse. Peña y unos secretarios llegaron a Querétaro, de repente comenzaron a sentir ardor y picazón en los ojos. La presidencia confirmó que algo pasó. Y le imploran al Cisen les digan qué ocurrió. Unos aseguran que fue un rayo lasser a la cara. Algunos dicen que les pusieron pica-pica y el aire les pegó a los ojos; ese pica-pica es común en los pueblos cuenqueños, a veces sirve para hacer maldades, como también utilizan el ‘toloache’, la que han llamado planta que enamora, y no enamora, ataranta a quienes se la dan a tomar, y por eso dicen: “Esa negrita le dio toloache al tipo y mira cómo lo trae”, es dañina porque es tóxica y cuando la tomas te pone como a las Chivas, que cuando vieron Cruz Azul les metió tres goles. Se ignora quién o quiénes fueron, si es que hubo autores intelectuales y materiales. Otros que no, que solo echaron insecticida tipo H-24 para alejar los bichos y eso les causó la irritación. Los menos, creen que sea una maldición como la de la Blonda, por lo de Chihuahua. Por lo pronto, los secretarios de la Defensa, Hacienda, Agricultura y Medio Ambiente, también se contagiaron y llegaron a hacerse un lavado de ojos con manzanilla, como lo recomendaban las abuelitas. Y como en los cuentos de hadas, nadie sabe la respuesta.

OBITUARIO (MARCO ANTONIO HERNANDEZ TOLEDO)

El sábado, a los 45 años, en una operación quirúrgica lamentable, falleció en Orizaba el doctor Marco Antonio Hernández Toledo. De familia muy numerosa, conocida y apreciada en la región, pues su abuelo y una gran mayoría de sus tíos han sido doctores muy humanos, como lo fue Toño en vida. Recuerdo al patriarca, doctor Hernández Zurita, hace muchos años le acompañé a una visita médica, cuando llegó a la casa de gente muy pobre, les dijo, lo que te falta es comer, y le dejó unos pesos para que lo hicieran. Buen médico. Los Hernández Olguín son la mayoría médicos, heredaron del padre y el abuelo el trabajo de esa profesión que salva vidas. Ayer mismo, al saberlo, le mandé un pésame a su padre, el doctor Marco Antonio Hernández Olguín, gente muy apreciada y querida en la zona, que a través de su Fundación dan ayuda médica a muchísima gente, a personas de escasos recursos en operaciones de cataratas. Debe ser un golpe demoledor, nadie está preparado para perder un hijo, pero Toño seguro está al lado del Señor, que muchas veces llama a los buenos para tenerlos a su lado. Y como es la voluntad de Dios irnos cuando él nos llama, la resignación debe llegar a la viuda, Isabela Sánchez Ruiz, a sus hijos y a toda la familia. Con un abrazo a ellos, muy seguro Descansa en Paz.

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