«La vejez es la más dura de las dictaduras.. la grave ceremonia de clausura.. De lo que fue la juventud, alguna vez… Con unas hebras de plata, me pintará los cabellos.. Y alguna línea en el cuello, que tapará la corbata.. Aumentará mi codicia, mis mañas y mis antojos.. Y me dará un par de anteojos para sufrir las noticias… Me inventará un par de excusas.. para menguar la impotencia.. Que vale más la experiencia.. Que pretensiones ilusas… La vejez es todo el equipaje de una vida.. Dispuesta ante la puerta de salida..Por la que no se puede ya, volver». Es parte de la letra de una melodía que bien interpreta Alberto Cortés.