Primero, reiterar que quien esto escribe, tiene una total ausencia de militancia en partidos políticos…No soy Panista, tampoco priísta, ni morenista, menos pesista o petista, sin embargo, uno escucha, ve, lee y analiza declaraciones de distintos actores políticos y, desde luego, se forma opinión.

Hoy vi y escuché, en el programa de Ciro Gómez Leyva, a Germán Martínez Cázares, ex dirigente nacional del PAN y ex vocero de Felipe Calderón en la presidencia de la república… Decir que hay falsedad y conveniencia en sus palabras, es decir, romanticamente, que, además de la traición al partido que lo dio a conocer y le dio poder, cae y se bate por sí mismo, en la incongruencia como hombre y como político.

Germán es aquel dirigente panista que combatió con todo a López Obrador después de la elección del 2006 y que lo acusó de todo, especialmente de ser un «peligro para México».

Hoy, dice que muchos mexicanos «nos sentimos» cansados del estado de cosas, de cómo estamos y por eso vamos en este movimiento… Estoy listo para hacer campaña, para repartir volantes de Andrés Manuel López Obrador”.

Sigue Germán: “Tuve dudas, pero quiero decirle a los panistas que no le tengan miedo a Andrés Manuel López Obrador, el país necesita una sacudida fuerte, un cambio fuerte. Es una decisión sin compromiso, no pienso afiliarme a Morena, pero pienso apoyar lo que ordene AMLO».

Claro, va en la lista como candidato a senador plurinominal, así, quizás hasta usted amable lector, yo mismo, diría que no hay que tener miedo y que AMLO es un santo redentor…. La recompensa es atractiva: Ser senador.

Quizás lo mismo diría de Ricardo Anaya, si lo hubiera «apapachado» en su partido y, porque no decirlo, a estas alturas, hasta de Pepe Meade, hubiera dicho eso y más, si le hubieran abierto las puertas y puesto en la lista de los futuros senadores pluris.

Lástima de incongruencia, reitero, no por su salida del PAN, tampoco por su migración a Morena, aunque dice que no se afiliará, sino por su manera de hablar, por su forma de quitarse de encima dignidad y formación, su estilo de vida, para anteponer una situación de circunstancia; será senador sin ensuciarse los zapatos y porque, el mismo lo sabe, en realidad, NO representa un gran caudal de votos que pueda llevar a Morena, razón por la cual el PAN ya no lo «peló» y, quizás, hasta tocó la puerta roja y por la misma razón, no le permitieron la entrada a su casa de Insurgentes norte.

Reitero, lo cuestionable NO es su salida del PAN, tampoco su incorporación al movimiento (que no naranja), pero sí de AMLO, lo cuestionable es lo que dice, lo que pretende trasmitir y que no logra, porque se le percibe falso, hipócrita, lleno de una vanidad propia que no cabe en el estudio y menos en su propio YO.

Más bien, habría que decir que el error no es de Germán en migrar, el error es de AMLO en aceptarlo y, aún más lastimoso, si es verdad que fue e
él, el tabasqueño quien lo buscó, porque hay que saber reconocer que AMLO, no tiene necesidad de personajes de tan poco arrastre ciudadano y menos con una calidad moral tan ausente de moral.

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