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e-consulta Veracruz

El matrimonio homosexual en Argentina ahora está ya normalizado. El machismo que ha dominado esta sociedad durante años ahora parece en retroceso, acorralado por la ola social que llevó a las masivas movilizaciones del Ni Una Menos, aunque aún hoy sigue muriendo una mujer por violencia de género cada 30 horas.

Hoy el aborto que se abre paso en medio de una presión social a favor de la legalización en las primeras 14 semanas, al estilo de lo que sucede en la mayoría de los países europeos pero no en los latinoamericanos, donde solo Uruguay la tiene.

El propio presidente Mauricio Macri, que siempre dijo que estaba en contra del aborto y sigue rechazándolo, ha dado instrucciones a su equipo para que permita el debate en el Congreso. Los diputados que lo apoyan están aún lejos de ser mayoría, pero el gesto de Macri ha sorprendido a todos.

“Es un gran triunfo que obedece a que durante muchos años hemos peleado para instalar el debate. Hay posibilidades. Los diputados son muy permeables a la opinión pública, se deben a sus votos, y hoy es mayoritaria a favor de la ley. Vamos a intentar llevarlo al Congreso el día 8. Hay 500.000 abortos clandestinos al año en Argentina, hay chicas que van a la cárcel por abortar, esto no da más», clamó Victoria Donda, una diputada de izquierda, hija de desaparecidos, que lidera el grupo promotor de la reforma.

Durante años, el oficialismo, tanto bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como de Mauricio Macri, dejaba en claro que no estaba en la agenda un debate de este tipo en el recinto. Y los mismos mandatarios se manifestaron explícitamente en contra del aborto.

El aborto es ilegal en suelo argentino, salvo en supuestos de violación o riesgo de vida para la madre. El aborto, para la ley argentina, no debe ser penado si se trata de una violación o supone un riesgo de para la salud de la madre. La última guía para la aplicación de la ley entiende salud desde una perspectiva no sólo física sino también «mental-emocional y social». En los casos de violación, basta con una simple declaración de la madre y aun cuando la vida concebida pueda ser fruto de una supuesta violación de la pareja.

Pero las argentinas encuentran la manera de abortar. Las que tienen dinero para pagarlo, lo hacen en clínicas con seguridad, aunque de forma clandestina. Las que no, sufren condiciones mucho más precarias, con riesgo para su salud.

En la práctica, numerosos hospitales de provincias donde se ha protocolizado la práctica facilitan pastillas para provocar abortos ante madres que alegan problemas sociales o incluso sin que lo hagan, y las píldoras se distribuyen con absoluta impunidad en sitios de internet que hasta las ofrecen sin médicos prescriptores con envío a domicilio. Algunas farmacias también las comercializan sin prescripción, a costos más elevados.

“En Argentina hay 60.000 internaciones por año por complicaciones derivadas de abortos. Las pobres se colocan tallos vegetales, utilizan agujas, sondas, legrados no controlados. La política de llevarlo a la clandestinidad ha sido nefasta. Lo prohíben y se multiplican los abortos porque no se puede hacer política pública de prevención en la clandestinidad», señala Mario Sebastiani, un conocido obstetra que lleva años empujando para legalizarlo.

La mayoría de los ministros y las personas importantes del poder macrista se han mostrado radicalmente en contra del aborto; algunos tienen vínculos estrechos con la Iglesia.

Para mí la vida es a partir del embrión y los estados tienen que considerar que el derecho a la vida es el primer derecho humano. Si lo defendemos en cualquier circunstancia, y yo pienso que ahí hay una vida, lo tengo que defender», resume Gabriela Michetti, vicepresidenta argentina y como tal presidenta del Senado, donde debería llegar la reforma.

En el medio de este debate por ahora mediático, se preparan las marchas por la vida que se realizarán el 25 de marzo, día del niño por nacer. El 27 de septiembre, la última vez que los argentinos salieron a la calle para mostrar su respaldo a la vida y el rechazo al aborto, miles lo hicieron en al menos 20 ciudades del país. Aborto legal o ilegal, como se dijo en varias de las pancartas portadas ese día, mata igual.