El mundo de la moda de alta costura francesa está de luto. Ha muerto el último de ese cuarteto de diseñadores franceses que elevaron el diseño de modas a rangos de bellas artes, y me refiero a Hubert de Givenchy, quien, junto a Coco Chanel, Christian Dior e Ives Saint Lauren, conformaron el póquer de diseñadores galos más afamado de la historia. Los cuatro fueron precursores, icónicos, que lograron asociar su nombre a refinación, buen gusto y elegancia. En Givenchy, además del nombre, agregó a ese mundo de lujo y a veces exotismo, su inconfundible personalidad, porte y elegancia. Fue el diseñador Prêt-à-porter (Listo para llevar) por antonomasia, que hizo posible que sus creaciones se usaran y multiplicaran por todo el mundo: vestidos, blazers, faldas, blusas, abrigos, vestidos de noche, joyería, sweaters, marroquinería, corbatas, accesorios, zapatos para dama y caballero, perfumes y lociones, estas últimas, inconfundibles, con toques de madera y tabaco, aromas clásicos que nunca pasarán de moda. Recuerdo que muy chamaco lo empecé a identificar por su sello elegante en las revistas como Vanidades, eran las épocas en que él y el dominicano Óscar de la Renta dominaban el mundo de las pasarelas parisinas y el Jet set internacional. Lo escribe Marco Aurelio Gonzàlez Gama, directivo de este Portal.