«Un gran logro de Sergio Pitol es que es un artista que abomina los extremos y que exige la concilición de la seriedad y el juego, la trascendencia y el humor, la puesta formal y el interés por la trama. Un artista que recusa toda forma de exceso y apuesta por una elegancia que sólo se advierte en su invisibilidad. Un artista para quien vida y literatura se confunden en una Forma. Pitol fue un hombre con nobleza pura y púdica, generosidad y tolerancia que se encuentra en los hombres genuinos. Honrar su memoria es también reconocer una serie de atributos civilizados que son un monumento de nuestra aspiración como especie». Ea parte de lo que escribe José Homero en «El Universal» de Ealy Ortiz.