Hay evidencias de un ambiente social, político y económico favorable en México, a las propuestas distintas a la tradición política, las del «bueno por conocer» y con acento providencial. Es una tendencia importante que se nutre más de lo negativo de los otros que de lo positivo del propio. En la coalición que encabeza Morena no hay que obviar sus alianzas pragmáticas y contradictorias; eso también aumenta su presencia social y capacidad de convocatoria. Tal rasgo se conoce en la tipología clásica como «partido atrapa todo» y en la historia como la postura de «el fin justifica los medios”. Es bastante claro que sus apoyos mayoritarios provienen de las ilusiones de personas que creen en soluciones rápidas y casi milagrosas. Desde luego cuentan con otro tipo de respaldos, como los grupos corporativos, segmentos progresistas y mucha gente de buena fe que cree que representan una alternativa de cambio. No es culpa de esta opción la baja calificación del Presidente Peña, que impacta directamente en el candidato del PRI, ni las cuestionables administraciones de Fox y Calderón, que todavía le pasa una relativa cuenta negativa a Anaya. Aprovechando esas circunstancias, casi sin proponer nada serio y con su resto de candidaturas impregnadas de lo mismo que critican, se han colocado como una fuerza viable para ganar la presidencia y una fuerte presencia en el Congreso de la Unión. Siendo así, es imperativo poner a revisión sus ideas y propuestas, con una lupa, comparando datos, pues de su simple formulación, muchas veces ocurrentes, pueden volverse realidad y pasar de los sueños a las pesadillas.

Guardando las proporciones, dado que arriba hablamos de nuestro país, ya es posible formarse una idea concreta, preliminar, sobre el tipo de representantes y gobernantes que tiene Morena si observamos sus diputaciones y Administraciones municipales en el Estado de Veracruz, particularmente en Xalapa. Actualmente cuentan con un diputado federal y dos diputadas locales en representación de los distritos xalapeños, sin que se sepa mucho o se tenga claro el resultado de sus labores; sin minimizarlos se puede decir que han abandonado sus cargos para dedicarse al activismo partidista y a otras candidaturas. Es conocido que su diputado federal propietario ha solicitado licencia en un par de ocasiones para buscar la gubernatura del Estado, sin que se conozcan actos trascendentes de su mandato como representante popular; a manera de ejercicio ciudadano habría que preguntar a nuestros familiares y vecinos si saben quién es su suplente. Las dos diputadas locales también solicitaron licencias para buscar otros cargos. En resumen, estos legisladores han pasado casi sin pena ni gloria y no se distinguen de cualquiera de los tradicionales que hemos tenido; en el folclor político ese tipo de figuras se conocen como «chapulines». En este caso no hubo un cambio ni siquiera «verdadero» como lo destacan en su propaganda.

En el caso del Ayuntamiento local se vislumbra un comportamiento poco democrático, faccioso y errático. Él cabildo aplica el mayoriteo por consigna partidista, sin voto de conciencia, y con poco respeto por la oposición y las minorías; sin resultados importantes a la vista su labor se concentra en la organización de la gente para potenciar la movilización partidista y en la propaganda de sus ideas y personajes. No aprovecharon los seis meses que hubo entre la elección y su toma de posesión del Ayuntamiento, para integrar sólidos equipos de trabajo, diseñar programas de aplicación inmediata y presentar a la ciudadanía una imagen nueva. Desde el inicio de este año han venido acumulando desaciertos, contando entre los más significativos la descalificación de los profesionistas a manos del propio Presidente municipal, la colocación misteriosa de funcionarios fuereños, las fallas en la prestación de servicios, los conflictos con grupos sociales y las ausencias evidentemente turísticas del Alcalde. El resultado es que se les empieza a percibir como ineficaces y ausentes corriendo el riesgo relativo de que sufran algún nivel de voto cruzado o de castigo. Lo más importante del caso es que puestos en la práctica no han demostrado ser mejores que los partidos y políticos promedio. Surgirá por tanto el cuestionamiento sobre la veracidad del cambio prometido a nivel nacional, siendo mucho más complejo y volátil lograrlo a ese nivel por las variables económicas e internacionales.

Vistos los resultados de Morena en Xalapa, al parecer muy similares a los de otros municipios grandes que gobierna, más nos vale ser realistas, poner los pies en la tierra y no esperar milagros. Evitemos esas desilusiones que hunden a la sociedad en la inmovilización y el retroceso.

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Recadito: me permito preguntar si alguien sabe quién es el diputado federal suplente en Xalapa…