1) «Alegre río, tu cristalino fulgor.. tu curso límpido, tu agua errante.. son un emblema invocador.. de la belleza: el corazón abierto.. el risueño serpentero del arte.. en la hija del viejo Alberto.. Más cuando en ella en ti se mira y, de repente.. tus aguas se iluminan y estremecen.. entonces, el más bello torrente.. y su humilde devoto se parecen.. pues ambos llevan su imagen anclada.. uno en el cauce, otro en el corazón.. en ese corazón que su mirada.. intensa, honda, enciende de emoción»… 2) Amigos que por siempre nos dejaron.. Caros amigos para siempre idos.. ¡Fuera del tiempo.. Y fuera del espacio!.. Para el alma nutrida de pesares.. Para el transido corazón, acaso».