El José Antonio Meade que estamos viendo en los últimos días es diferente al de antes de ser candidato. «Dormía» a muchos televidentes con su tono demasiado calmado y sus tecnicismos. Alguien le dio una fuerte sacudida, le dijo que no despertaba ninguna emoción, que no conectaba con le gente. Y el lunes por la noche vimos un Meade ya más echado para delante, defendiendo con más vigor su candidatura en base a su trayectoria, honestidad y conocimientos, aunque también sobre la base de defender al PRI, a sus autoridades y los logros de este partido, lo que, dadas las circunstancias de que esta elección tiende a ser de cambio como factor fundamental, no le acarrea las simpatías requeridas para ganar una elección en la que inició con desventaja. Se vio muy bien en «Tercer Grado», pero no tanto anoche con los comentaristas de «Imagen Televisión». Se le vio un mucho desesperado, y dijo como 50 veces «espérame» con tal de imponer su punto de vista. Foto de «Milenio».