Los estrategas de la campaña de Andrés Manuel López Obrador (Morena-PT-PES) tuvieron la idea de generar, desde el inicio de la contienda y después de 18 años de buscar la Presidencia, la percepción de que él estaba arriba en las encuestas y que en esta ocasión sería imposible derrotarlo.

La estrategia ha funcionado y hay un grupo importante de ciudadanos que piensa que López Obrador “ya ganó”. Está constituido por sus simpatizantes de siempre, por adeptos nuevos de las últimas semanas y también por algunos periodistas y comentólogos.

Fundan su posición en que el candidato de Morena-PT-PES aparece en primer lugar en todas las encuestas. Es un dato que también reconoce la campaña de Ricardo Anaya (PAN-PRD-MC), pero no acepta que eso necesariamente ya indique el resultado del día de la jornada electoral.

Eso en razón de que en el tracking telefónico diario, la encuesta que la campaña hace todos los días, los números señalan que la elección todavía no está definida y que por lo mismo el resultado sólo se sabrá el domingo 1 de julio.

El tracking contempla 700 llamadas telefónicas diarias a nivel nacional. El 20.6% de las llamadas no se contesta. El índice de confianza es de 95 por ciento. A continuación se ofrecen los datos de la preferencia bruta del viernes 7 al viernes 15 de junio.

En los nueve días contemplados, López Obrador pasa de 39.8% a 33.3% en la intención de voto. Pierde 6.5 puntos. Ricardo Anaya pasa de 25.0 a 24.5 por ciento. Pierde 0.5 puntos. Y José Antonio Meade pasa de 14.9% a 16.4 por ciento. Sube 1.5 puntos.

El 7 de junio, hace 12 días, la diferencia entre López Obrador y Anaya era de 14.8 puntos y entre López Obrador y Meade de 24.9 puntos. Y la existente entre Anaya y Meade de 10.1 puntos.