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Veo el tercer partido de la selección mexicana durante el mundial, han ganado los anteriores y la esperanza de los espectadores es enorme, quizás también la de sus jugadores. Llega el segundo tiempo, en unos cuantos minutos un gol en contra, después un segundo y un tercero que de inmediato cambian los ánimos de quienes estamos viendo la transmisión desde Rusia e imagino que poco a poco cambio todo también para los jugadores, mientras todo esto ocurre en la pantalla pienso en lo importante que es aprender de cada derrota, de no dejar que el ánimo decaiga y levantarse nuevamente para intentar triunfar hasta lograrlo.
De inmediato pienso también en las elecciones, ¿Quién ganará la silla presidencial?, Quizás sea Andrés Manuel López Obrador como han venido pronosticando, pero, si por alguna razón él no ganará, ¿Será capaz de aceptar su derrota?, vi en AMLO a un mal perdedor en anteriores ocasiones, pero debo reconocer que si al momento de que salga publicada esta columna él es nuestro próximo Presidente, será porque en la última ocasión realmente aprendió de sus errores, supo llegar a la gente, convencerlos por medio de sus emociones de que él sería Presidente.
Al momento de escribir estas líneas nada está definido, pero gane quien gane es necesario que también los votantes reaccionemos de la mejor forma, la figura presidencial será una extensión de los deseos de su gente, entendamos esto y dejemos a un lado palabras de odio, discusiones innecesarias y acciones repudiables que se han presentado durante todo el periodo electoral. Después del 1° de julio lo importante es que tomemos nuestro papel de ciudadanos, que exijamos se cumplan las propuestas de quien sea que haya llegado al poder, que demos seguimiento a cada una de las reformas y propuestas, porque luego nos gusta justificar nuestra omisión de ciudadanos culpando a medios de comunicación o creando teorías de la conspiración que indiquen que todo ocurre mientras nos distraemos con otro hecho.
Aprendamos de nuestros errores en el deporte, aprendamos en la política y sobre todo en la vida. Muy pocas personas llegan a su meta desde el primer intento, es la actitud posterior a los errores la que pueda catapultar a alguien al éxito o dejar que se suma en el fracaso. La mayoría de emprendedores intentó alcanzar una meta en más de una ocasión y con el tiempo, después de equivocarse aprendieron que la forma de llegar era otra o que quizás había que cambiar la meta. Esto ocurrió con los guionistas de grandes historias como La La Land, o Stranger Things, ha pasado con políticos en otras partes del mundo, el mismo Lula Da Silva tuvo que intentar más de una ocasión para ser Presidente de Brasil.
Así que a partir de hoy seamos conscientes de que sin importar el resultado tenemos mucho que aprender, ¿no llegó a la meta quien esperabas? ¡No importa! Trabaja por los ideales que deseabas día con día desde tus posibilidades, tengo la convicción de que más que un candidato desde nuestras diferencias de opiniones, todos deseamos un mejor País, deseamos un México seguro, un México próspero y lo mejor para toda su gente. Cada deseo puede ser una realidad si realmente trabajamos por ello, creemos como ciudadanos las oportunidades que tanto anhelamos y dejemos de depositar nuestras esperanzas de cambio en alguien más.