El dirigente estatal del PRI, Américo Zúñiga Martínez, quien tuvo un gran poder y realizó un trabajo importante como alcalde de Xalapa, se encontró con un escenario diferente al presidir al PRI de Veracruz, sin los recursos financieros necesarios y con una marca política a la baja. Ayer, en conferencia de prensa, precisó que «el PRI no desaparece. Sigue en pie de lucha y después de asumir con humildad los resultados del 1 de julio iniciaremos una reconstrucción del partido».