Y hablo de comidas sencillas, modestas, para gente sencilla como el que esto escribe –pobremente, digamos-, y es que para los que somos de la región de Córdoba y Orizaba (Fortín, Ciudad Mendoza, Ixtaczoquitlán, Río Blanco, Nogales, sierra de Zongolica, Maltrata, Acultzingo, etc.), cuando hablamos de un platillo típico que se acostumbra comer en aquella zona conocido como ‘chileatole’, (también se le dice chilatole a secas), estamos hablando de una comida que se prepara a base de granos de maíz y rodajas de elote tierno, masa de maíz nixtamalizado, ramas de epazote, azúcar mascabado o morena al gusto, en dos versiones: el rojo que lleva para pintarlo chiles guajillo y un poco de serrano seco, y el verde, que lleva para colorearlo chiles verdes al gusto (cuaresmeño, serrrano o xalapeños). Este platillo que, créanmelo, es una delicia, se acostumbra comer por aquellos lares de manera cotidiana, pero se antoja más en las tardes/noches frías, lluviosas, con neblina y servido humeante, bien caliente. Quienes han comido el chileatole saben que es un caldo turbio por la masa disuelta (‘atoleada’) y molida con el guajillo y el serrano seco, o con los chiles verdes, con granos de maíz generosamente dispuestos y rodajas de elote tierno de uno o dos dedos de grueso. Servido se acompaña de gotas de limón al gusto y un poco de azúcar, ¡delicioso! En lo particular yo lo prefiero por encima de los famosos y populares esquites, que no tienen nada que hacer al lado del ‘chilatole’. En Orizaba hay más versiones a las que les agregan ‘chito’ (que el original es carne de caballo seca) o camarón seco. Repito, comida de pobre, lo acabo de comer preparado en casa, exquisito. Lo escribiò el directivo de este Portal, Marco Aurelio González Gama.