Me llamó la atención lo declarado por el gobernador electo de Veracruz Cuitláhuac Garcia en el sentido de que descartará de su equipo a quienes se auto promuevan. Al respecto comparto en estas notas mis reflexiones con él y con mis lectores:

El Gobernador Electo reafirma la libertad, independencia y la soberanía de la voluntad política que representa y de la que es depositario.
Reconoce que el poder de que está investido no le pertenece solo lo ejerce (M.Foucault) no es patrimonio personal ( como lo han acostumbrado los gobernadores del PRIAN) pertenece al pueblo que lo eligió.
Sería incongruente dejarse presionar para repartir cargos como si fuera botín de guerra aun en los casos en que se disfrazó de “gabinete plural” cuando en realidad se pluralizaba solo la nómina. Esta presión- cabe advertir – en la subcultura política en decadencia , además de la autopromoción a que se refiere el gobernador Cuitláhuac los veracruzanos tenemos el “fuego amigo” como ahora mismo se da en el ayuntamiento de Xalapa y que consiste en brillar y autopromoverde denigrando a otros.
Lo declarado por Cuitláhuac fue un manotazo a los viejos hábitos de la cultura política derrotada y en decadencia aunque no aniquilada ,
Para un joven gobernador con esta firme postura en su agenda no está la “gabinetitis”porque seguramente dará prioridad a las propuestas de qué hacer, cómo hacerlo y para beneficio de quiénes será su programa de gobierno.
Para olvidados o confundidos, JUNTOS HAREMOS HISTORIA nunca fue solo una frase de campaña y hoy está más vigente que nunca. Una nueva historia que en sus páginas está todo lo que viene incluyendo la renovación de protocolos, formas de hacer política, y de gobernar para el pueblo y con el pueblo. Una nueva cultura política democrática y del servicio público.
Ojalá y Cuitláhuac sea persistente en esa postura y concepción y la desarrolle en la comunicación interna de su administración para que se convierta en filosofía política que fomente una nueva mentalidad en las y los servidores públicos de la administración pues gobernarse así mismo es condición para gobernar democráticamente a los demás.