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EFE

Funcionarios de la administración del presidente Donald Trump sostuvieron hoy que el gobierno federal no tiene la responsabilidad, ni la obligación de monitorear a los niños migrantes, una vez que son asignados a hogares adoptivos.

Miles de menores de edad que llegaron sin sus padres a la fronteras son detenidos por la Patrulla Fronteriza y entregados al Departamento de Salud (HHS), el cual a su vez los traslada a su Oficina de Refugiados (ORR) a fin de ser entregados a familiares o familias sin conexión con el menor.

“La relación de custodia termina cuando esos niños salen de la ORR. No somos una agencia policial”, señaló el comandante del Servicio de Salud Pública del HHS, durante una audiencia del Comité de Seguridad Nacional del Senado

Recientemente, el HHS fue criticado por perder el rastro de al menos mil 400 menores de edad migrantes no acompañados, quienes fueron asignados a hogares adoptivos. Aunque algunos infantes quedaron bajo la custodia de familiares, legisladores han criticado las acciones de la ORR.

Un reporte senatorial divulgado, reveló que los funcionarios del HHS no están llevando acciones encaminadas a asegurar el bienestar de los niños migrantes, una vez que son entregados a hogares adoptivos.

De acuerdo con el reporte, de un total de siete mil 635 menores que intentaron ser rastreados en un sondeo, el HHS desconocía la situación de mil 475.

Por separado, un grupo de 17 senadores pidió a la administración Trump que reunifique de manera inmediata a otro grupo de migrantes integrado por unos 539 menores, que en este caso fueron separados de sus padres al llegar a la frontera sur de Estados Unidos.

“Con cada día que el Departamento de Seguridad Interna (DHS) deja de actuar para reunificar niños migrantes con sus padres, se exacerba el trauma inaceptable que esta administración causa innecesariamente en los niños y sus familias”, indicaron los senadores.

Durante la audiencia del Comité de Seguridad Nacional, el republicano Rob Portman sostuvo que las agencias federales deben asumir una mayor responsabilidad para garantizar la seguridad de los niños migrantes bajo su custodia.