Existen fuerzas internas y externas que con una perversa intención quieren aprovechar los sucesos del pasado 3 de septiembre en la UNAM, en el que fueron agredidos estudiantes del CCH Azcapotzalco. El motivo de estos hechos fue el reclamo de los estudiantes de un problema interno, que aunque ya estaba muy avanzada su solución, como parte de las actividades aprobadas en su Asamblea General del CCH-A decidieron hacer una marcha a las instalaciones de la rectoría universitaria para presentar el pliego petitorio y a su llegada, fueron atacados por un grupo de estudiantes “porros”, “grupo de choque” o “anarquistas universitarios”, en la explanada.
Tales acciones fueron denunciadas enérgicamente por las autoridades universitarias encabezadas por el Rector Dr. Enrique Graue Wiechers, calificados como actos reprobables pues de ellos salieron lastimados seriamente dos jóvenes. Al hacer las investigaciones surgieron 18 nombres sujetos a expulsión, además de pedir apoyo a la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México en primera instancia –y a la PGR en coadyuvancia–, para que interviniera, identificara y detuviera a los responsables, habiendo sido llevados detenidos a 2 estudiantes, para investigacion.
Sin embargo, pese al apoyo recibido por la comunidad universitaria y la opinión pública que han reprobado estos hechos calificándolos como provocaciones para desestabilizar a esta institución, hoy surgen una serie de conjeturas que llevan a pensar que éste es un plan perfectamente orquestado para provocar la caída del Rector Graue. ¿Y quienes pueden estar interesados en provocar la caída?
Por una parte, los grupos interesados en ocupar la Rectoría y que en el pasado han visto frustradas sus intenciones, mismos que les conviene poner en jaque al rector en turno. Hoy algunos que podrían aprovechar su cercanía con el Presidente electo López Obrador. Entre las personas que siempre han ambicionado llegar pero no lo han logrado esta Javier Jiménez Espriú, –quien trabajara con el exrector Juan Ramón de la Fuente– que será el próximo Secretario de Comunicaciones de gobierno federal, que siempre ha querido ser rector de la UNAM, pero que en sus intentos ha sido rechazado por pertenecer al grupo de los “indeseables” como así les denomina la élite académica. ((https://www.laotraopinion.com.mx/narco-y-porros-lacras-de-la-unam/ Ricardo Alemán, Itinerario Político, 22 de agosto de 2018)
Pero existen también otras fuerzas mal intencionadas en la UNAM, que se encargan de manipular al estudiantado: al interior, personal de las propias facultades o colegios encabezados por ciertos directores y maestros que agrupan a estudiantes, — a cambio de otorgarles privilegios–, y los usan como grupos de choque; y al exterior, fuerzas muy peligrosas, tales como los grupos del narcotráfico que están inmersos desde hace mucho tiempo en los espacios universitarios—provenientes del cartel de Tlahuac que controla el narcomenudeo en la zona — y que infiltran a sus líderes “grillos y grifos” para establecer su negocio al interior de los instalaciones de la UNAM y crear desestabilización.
Pero existen otras igual de peligrosas, políticos de confianza del próximo gobierno que, desde sus posiciones anteriores tanto en el gobierno capitalino como en la Asamblea Legislativa de la CDMX, han otorgado financiamiento para las movilizaciones a conveniencia y ahí surgen nombres como el de la Sra. Claudia Sheinbaum próxima a tomar posesión de la Jefatura de Gobierno de la Cd de México y de Martí Batres, hoy Presidente del Senado de la República. (Ibid). Pero sean quienes fueran los que estén tras los hechos, la verdad es que sus acciones e intenciones deben ser calificadas como perversas y despreciables, porque la comunidad UNAM está en medio y como pastel se la quieren repartir.
Graue está jugando un papel casi heroico en este caso, con indicativos de que puede existir próximamente un rompimiento con el Presidente electo López Obrador. El primer indicador se presentó el pasado 22 de agosto, en una entrevista en la que el Presidente electo insinuó a Graue convertir a la UNAM en el centro de su proyecto para que se eliminen los exámenes y evaluaciones en las facultades. Posición en la que no estuvo de acuerdo el rector y por ello, dio una respuesta negativa contundente al tema, pues es un defensor de la calidad educativa en la educación superior y porque ello sería aceptar la injerencia directa del gobierno próximo en los asuntos de los universitarios y lo que es peor, tras de ello las siglas del partido Morena en la intención de quedarse con ese poder. (https://www.laotraopinion.com.mx/morena-va-por-la-unam/)
Para algunos esa negativa puede llegar a convertirse en la principal desavenencia entre ambos.
Y aunque el pasado 6 de septiembre, el Presidente electo aseguró que van desaparecer los grupos “porriles” en la UNAM, no duro mucho el entusiasmo, ya que en las últimas horas vino el golpe para el rector Graue: el viernes 7 de septiembre , los 2 únicos detenidos por la PGJCDMX como responsables de la agresión, — de un numero de 18 que fueron expulsados el pasado martes –, los dejaron libres con el argumento de que: “en efecto los estudiantes si participaron en los hechos violentos pero faltan pruebas y, ellos no fabrican culpables”. Lo que es claro que ya se ejerció influencia—de alguna parte– para proteger a los agresores, lo que se interpreta como una pésima señal de riesgo para la UNAM.
La confianza de la comunidad universitaria sigue siendo para su Rector, del que estoy segura que no cederá un gramo y defenderá con dignidad la autonomía, la calidad educativa y la estabilidad en la UNAM. Y lo quieren hacer también en los estados.
Lo que se observa lamentable es, que en este rejuego de ambiciones e intereses políticos, estén en medio las instituciones educativas públicas de educación superior, y eso es lo grave por el gran daño que le hacen a los verdaderos universitarios: a) alumnos que quieren calidad educativa y egresar para ser bien contratados, b) maestros, investigadores y trabajadores que todos los días se esfuerzan por engrandecer su universidad, que chocan con los mercenarios y porros universitarios, pero sobre todo, c) la voluntad de cientos de miles de padres de familia que depositan su confianza en estas instituciones para que sus hijos reciban educación de calidad y sean hombres de bien en la vida. Padres que seguramente no aceptarían jamás que sus hijos fueran utilizados para fines perversos.
Por ello, hoy y siempre debe existir respeto a la UNAM, a la UV y a todo tipo de institución educativa. Respeto que los gobiernos anteriores, federal y estatales han garantizado. Porque los centros educativos son sagrados y las comunidades universitarias merecen funcionar en la certidumbre para dar mejores profesionistas que estarán en su momento, al servicio del estado y del país.
Gracias y hasta la próxima.