«Me gusta la política en donde sus actores presumen capacidad discursiva, argumental, del poder del pensamiento, con capacidad creativa y pensamiento crítico, de la guerra de las ideas, que seduce, que disuade, que convence. Me gusta la política que propone y opone, que debate, que discute, la de la confrontación de caballeros, de lucha en buena lid, leal y frontal. Me gusta a veces el azar de la política, en donde nada está escrito, en donde se mueven fichas cual ajedrez. Me gusta la política dialéctica, de la lucha de los contrarios, la tesis, antítesis y la hipótesis. Me gusta la política que se hace para resolver el conflicto social, para resolver controversias y diferencias, la que se hace de frente, sencilla, sin rebuscamientos».