Probar este tequila, ha sido una de las mejores experiencias gastronómicas que he tenido recientemente. Sin temor a equivocarme, Don Julio 70 es un tequila que marca un antes y un después en la amplísima variedad de bebidas espirituosas de ese tipo. Antes debo decir que este tequila lo probé por primera vez en el feudo de Laureano Martínez Sánchez (La Paz de María), y es, a diferencia de otros tequilas, un licor que hay que tomarlo solo, es tan delicado su sabor que no necesita nada más para degustarlo. Cualquier cosa con que lo acompañe definitivamente van a malograr la experiencia de saborear un destilado de Agave tequilana Weber azul de excepcional calidad. Olvídese de la sangrita, del limón y la sal, tiene que ser directo, con una entrada de tostadas de cazón caza muy bien, un queso fuerte y algún serrano, pero sin mezclarse, todo a su tiempo. Si no lo ha probado dese el gusto de probarlo, es un tequila en el que no hay que ser un conocedor, como el que escribe, para adivinar las notas que lo caracterizan: en primer lugar su añejamiento, a leguas se nota que es un reposado, el sabor a la barrica resalta; después, de que se trata de un tequila suave, amable, ligeramente endulzado, cristalino, brillante, y va a decir usted que qué mamón soy, pero también se perciben repiques de guayaba, cítricos y vainilla, ¡degústenlo y me dicen si no! . En pocas palabras, y si me permiten la expresión, ¡Don Julio 70 es un tequila que nació sin madre! La casa que lo elabora lo sacó en una edición especial por los 70 años de fundada, pero hasta la botella es excepcional, pena da tirarla. Lo publica Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.