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La Jornada / Carlos Paul

En el homenaje que se le rindió este domingo, a la novelista, dramaturga, ensayista y periodista Elena Garro (1916-1998), en el marco de la 19 versión de la Feria Internacional del Libro del Zócalo, la escritora Elena Poniatowska se refirió al temperamento, vida y belleza de la autora homenajeada.

“Tuvo la suerte o la mala suerte de casarse con nuestro único Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, quien la describía como la partícula revoltosa. Su vida giro en gran parte en torno a Paz y a los campesinos, con reportajes sobre su situación que tienen que ver con los mexicanos más olvidados, y para ser justos Octavio Paz también se preocupaba”.

De acuerdo con Poniatowska, Garro “tenía un gran afán de querer y hacerse querer. Se sintió siempre perseguida. Elena fue un ser muy espectacular que hablaba con una voz muy bajita. También era muy religiosa; aunque era un poco malvada, todo el tiempo estaba hablando de la religión, además que le interesaban los aristócratas, decía que quería escribir sobre Greta Garbo y la princesa rusa Anastasia.

“Elena tenía una mirada inteligente y una sonrisa preciosa. Tenía unas piernas muy bonitas, como las de Marlene Dietrich. Es una escritora que, quién sabe porqué maldición, se dedicó a destruirse a sí misma y, lo que es más triste, a destruir a su hija”.

Poniatowska leyó un texto, “palabras de Elena Garro antes de su muerte”, en el que la autora de la novela Recuerdos del porvenir, habla sobre el fallecimiento y tormentosa relación con Octavio Paz.

La cuestión, comentó Poniatowska al final de la lectura, “es que no tiene una palabra para su hija, quien siempre la acompañó.

“No sé por qué (Garro) se empeñó en decir que nadie la quería. Tuvo muchos enamorados. Paz no fue su perseguidor. Se pobreteaba toda la vida. Ella cometió esa estupidez”, expresó Poniatowska.

En el homenaje también participó Geney Beltrán, quien se refirió, entre otras cuestiones, a la más reciente publicación de la novela Los recuerdos del porvenir, editada por Alfaguara, como la “edición definitiva” de esa novela, uno de los títulos más conocidos de la autora homenajeada.

Ofreció también una semblanza y contexto histórico de la trayectoria y obra de Elena Garro; así como los intereses, temas y personajes que desarrolló en sus narraciones y obras de teatro.